AYSIRIAL, LA DAMA DE LA LUZ ©

UNIDOS DE NUEVO

Esta historia es la continuación de AYSIRIAL (EL PRÍNCIPE SIN ALMA).

La podéis encontrar aquí:

http://www.wattpad.com/story/13434709-aysirial-el-pr%C3%ADncipe-sin-alma-%C2%A9

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 Durante un año sin saber nada de Aysirial, Sara había podido seguir con su vida. Ella había logrado superar todos los exámenes y pasar a su último año, su meta era graduarse con todas las asignaturas aprobadas y con buena nota. Después ya pensaría a que universidad ir y que estudiar.

Las fiestas de navidad estaban a punto de terminar y pronto volvería a Londres. Ella al principio se mostró reacia a ir a pasar las navidades a Madrid, pero después de la insistencia de su abuela, había acabado por aceptar.

-     ¿Estarás contenta de ver de nuevo a Jocelyn y a Axel?-preguntó su abuela con entusiasmo.

-     Ya no somos amigos.-dijo con el rostro serio.

Sara no mentía, después de la muerte de Edgar y de que todos sus amigos le dieran la espalda, se había distanciado lo bastante de Jocelyn y de Axel, a tal punto que a penas se saludaban cuando se veían.

Ahora que lo pensaba, todo era muy extraño. Habían luchado juntos contra sus enemigos y ahora ni tan siquiera un "¿Cómo estas?" No sabía como había pasado tal cosa, si había sido ella quien se había alejado o lo habían echo ellos.

-      No lo entiendo eráis muy amigos.

-      No hay nada que entender abuela.-dijo mientras se levantaba de la silla.

Era el primer día del año 2015 y el cumpleaños de su hermano, su abuela había preparado una cena especial y había estado haciendo toda la tarde su pastel favorito, galletas con chocolate y vainilla.

Al día siguiente tendría que volver al internado, así que preparó sus últimas cosas para llevarse y se acostó pronto.

Esa noche no había dormido bien, es más hacía un año entero que no dormía bien, tenía constantes pesadillas en las cuáles Fiarra aparecía mostrándole una vez y otra el fin de Aysirial.

 Aysirial le importaba, más de lo que había podido pensar.

Quiso regresar allí cuando estuvo arrepentida de haberle dado la espalda a toda aquella gente y criaturas y a David. Pero cuando quiso hacerlo el portal no apareció frente a ella, lo había estado intentando durante tres meses y nada.

Todas las noches subía al piso prohibido y se quedaba sentada frente aquella pared donde aparecía el portal durante horas. Esperando a que algún destello de luz apareciera, a veces se imaginaba ver las luces que desprendía el portal y se levantaba emocionada. Para luego descubrir que solo había sido su imaginación, provocada por el cansancio.

Otras noches soñaba con David, cada vez lo echaba más de menos, le preocupaba que algo le hubiera sucedido. Quería volver a verlo, sentirlo cerca, oír su voz, ver su sonrisa traviesa o sus ojos violetas que tanto la fascinaban. Se odiaba a ella misma por haberle dado la espalda.

Se lavó la cara, se arregló el pelo e hizo la cama antes de bajar a desayunar.

Una vez todos desayunaran, la acompañaron al aeropuerto para coger el avión hacia Londres.

-     Te quiero.

-     Yo también abuela.-dijo mientras ambas se abrazaban.

-     Cuídate pequeña.-le dijo Adam con una sonrisa.