YO TENGO EL PODER

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Sydai iba muy nervioso al encuentro de Alkán, tenía noticias impactantes y sabía que no le iba a gustar nada.

El  liche se encontraba en la habitación más grande de aquella casa situada en Eisihan, una de las dos ciudades subterraneas. Hablaba con otros dos liches, dirigiendolos en como debían actuar con el resto de criaturas.

-   Necesito hablar contigo Alkán.-dijo el drow cuando entró en la habitación.

Sydai espaba que el liche ordenara que los dejaran a solas, pero en cambio solo se limitó aobservarle esperando a que hablase.

-   Está bien, me ha llegado la información de que los cazadores se han vuelto a reunir.

-   Eso no nos debe preocupar Sydai, no pueden hacer nada contra nosotros a no ser que...

-   Ella a vuelto.-le cortó el drow.

De pronto el rostro del liche cambió de estar calmado a tener rabia y al mismo tiempo temor.

-   ¡Quiero verla muerta!-gritó mientras daba un puñetazo a la pared haciendole un agujero.

-   Sí mi señor, yo me encargaré de ello.

Alkán se dirigió a los otros dos liches.

-   En cuanto a vosotros quiero que seáis más duros con los aysirilianos, no tengáis piedad por ninguno de ellos.

Las dos criaturas asintieron con la cabeza y salieron de allí a toda prisa. Más tarde Sydai los imitó.


                                           ∞


Sara se encontraba lavándose la cara cuando unas chicas pasaron por su lado hablando muy emocionadas.

-   Son soldados del ejercito de David, ¿a qué habrán venido?

-   No sé, pero ojalá hubiera venido él, es tan guapo...

-   Quizás haya venido.

La joven se hizo una trenza al lado con rápidez y salió dispara al encuentro de aquellos soldados, su corazón latía con rápidas pulsaciones, al límite de que le saliese del pecho.

Por el camino se encontró con Sasha.

-   Iba a buscarte, nos tenemos que ir.

-   ¿Él está aquí?-preguntó de sopetón.

-   No, él no ha venido.

La cara de Sara se llenó de decepción.

-   Pero ha envía a unos soldados a buscarnos, al parecer ya todos deben saber que has regresado.

Las dos jovenes empezaron a caminar hacia la cabaña donde dormían, allí se encontraban el resto recogiendo sus cosas.

-   Coge tus cosas Sara, nos vamos al castillo de Kalarra, David nos espera.

Solo con oír su nombre se ponía nerviosa, era algo de repente, como si al oír pronunciar "David" un motor dentro de ella se conectara indirectamente. Y todo fuera a grandes velocidades, su corazón su respiración, sus manos empezaban a temblar, más bien todo su cuerpo lo hacía. Se sentía como si estubiera al borde del precipicio.

La joven ignoró todas esas sensaciones por un momento y empezó a guardar sus cosas en una mochila que había traído con ella de Londres.

Una vez todos estubieran listos se subieon a los caballos y emprendieron el viaje hacia la ciudad de Kalarra.

AYSIRIAL, LA DAMA DE LA LUZ ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora