AYSIRIAL, LA DAMA DE LA LUZ ©

EL PODER DE LAS SOMBRAS

El drow y el liche enviados por Alkán a la Tierra caminaban entre la oscuridad de la noche, ambos seguí un rastro y es que sentían a las sombras. Sí, no solo las sombras existían en Aysirial, pues en la Tierra tambíen habían sombras que atormentaban a los seres humanos cada noche, con pesadillas, malos pensamientos, con posesiones...

El rastro los llevó hasta una estación de metro abandonada de Londres, miles de sombras la recorrían de arriba a abajo, y a lo lejos vieron a una muchacha con los brazos extendidos mientras daba vueltas sobre ella misma, era como si estuviera bailando con las sombras. 

Se acercaron más a ella, la joven se percató de los intrusos y los desafió con la mirada, de pronto las sombras se detuvieron en seco, esperando alguna clase de orden. 

Era una joven alta, su pelo color sangre caía en ondas por sus hombros, vestía completamente de negro con unas botas altas de tacón y llevaba unas muñequeras de punchos, su estilo era completamente gótico. 

—Te hemos encontrado cortó el silencio el drow. 

—¿Y quién me busca? 

—Alkán nos ha envíado para llevarte con él a Aysirial. 

—¿Aysirial? 

El liche se acercó a ella poco a poco, esta se puso aún más en guardia, cuando este llegó hasta ella le colocó su mano esqueletica sobre su cabeza. 

La joven cerró los ojos, y empezó a ver imagenes de Aysirial, de su madre Valeska, supo que era ella en el mismo momento en la que la vió. Lo que hizo para potegerse así misma, la muerte de su padre el rey, su sacrficio al intentar salvarla a ella. Y por último lo que quería Alkán de ella. 

—En Aysirial hay millones de sombras, más que aquí, y todas ellas solo te obedecerán a ti. 

—¿Qué gano yo?  —preguntó interesada. 

—¿Que quieres?

—Hacedme reina de Gyfrod en cuanto la guerra termine. 

Ambos drow y liche se miraron. 

—Eso es decisión de Alkán. 

Bien, pues llevadme con él, será divertido. 

El liche mostró su escalofríante sonrisa.

—Siguenos. 

Antes de marcharse seguidos por las sombras, la joven se detuvo. 

—Por cierto, mi nombre es Elisa, pero de ahora en adelante llamadme Valeska —dijo mientras mostraba una sonrisa de orgullo. 

                                                                                        ☼

—Después del último ataque hemos perdido hombres, otros están heridos y ahora tenemos un dragón menos. Esmeralda no podrá volar hasta que se recupere por completo —dijo Axel preocupado.

David lo escuchaba con atención. 

—Habrá que pensar en ir a Kalarra a por más dragones, los necesitaremos para guerra, desde el cielo podemos controlar más la situación. De momento solo disponemos de Fantasma, Denys y Yorkus. 

—No os olvideis de Dovah —dijo Edgar mientras señalaba a lo alto del cielo.

Un dragón de escamas verdes oscuro sobre volaba por encima de sus cabezas. 

— Cómo es posible? —preguntó Rojan sorprendido —.—Desapareció cuando después de tu supuesta muerte. 

—Él fue quién me salvó, me hubiera ahogado en el rio si no hubiera sido por él.