— ¿A sí que todos fueron testigos? Joder, que putada. –reclamé al escuchar la versión de Mir sobre lo sucedido en la fiesta de anoche.
—Pues sí, pero déjame decirte, fuiste la maldita envidia de la mayoría. –espetó con algo de molestia, evidentemente aún recordaba que su noviecita también había caído en el hechizo del bobo Jonghyun.
Di un sorbo a mi cappuccino y me centré finalmente en la computadora, necesitaba despejar mi cabeza, no debía seguir pensando en Jonghyun, Dios... ¡Qué debo terminar el puto libro!
Mir comenzó a imitarme, pero sin antes volver a retomar la conversación, el muy jodido puede hacer ambas cosas a la vez y yo apenas y me puedo concentrar en una sola a la vez.
— ¿Y hasta cuándo se quedará tu noviecito en tu departamento? Porque, ¿no pensarás dejarlo allí siempre? –su pregunta obviamente captó mi atención.
Pensar en Jonghyun y su partida... me oprimía el pecho por alguna extraña razón. ¿Estaré enfermo?
—No lo sé, no lo había pensado. –mentí, pues cada vez que retomaba la escritura del libro inexplicablemente pensaba en la posibilidad de acabar la historia y que Jonghyun se esfumara junto con ella.
—Creo que ya me cayó el gordo. –dijo de repente sonriendo. —No lo quieres sacar de tu departamento porque es tu musa ¿no? –sonrió levantando una de sus teñidas cejas.
¡¿Musa?! ¡Pero, ¿Cuántos tornillos se le habían zafado a ese zángano?!
—Mir. –dije en seco.
— ¿Uhm? –respondió curioso de mis palabras.
—Creo que debes dejar de drogarte, en serio. –esquivé su mirada molesta y seguí con lo mío, ya no pensaba seguir la corriente de las estúpidas preguntas de ese loco.
(...)
Habrán pasado algunas horas y apenas había avanzado unas 17 páginas, me faltaba por editar los márgenes, revisar la ortografía y modificar alguno que otro texto sin sentido. A decir verdad, tan sólo quería irme a casa.
Y como solía suceder últimamente, muchas de las páginas se corregían por sí sola inclusive cambiando el hilo de la historia, lo borré miles de veces, copiando y pegando lo que yo había escrito y que con tanto esfuerzo logré, sin embargo fue inútil, la historia seguía cambiando y el "creador" aparecía más veces de lo usual, de pronto una de las páginas captó mi atención.
"—Te protegeré, haré lo que haga falta para que recuperes tu autoestima y sonrías de la manera más hermosa que un hombre puede sonreír, porque te mereces mi protección, porque sigo siendo un tonto que cree en el destino, tú eres mi destino."
Joder, joder y más joder. ¡¿Qué diablos pasaba aquí?!
Esas palabras... salidas de la boca del personaje de Jonghyun...
Mierda, ¿por qué siento que palabras como esas son capaces de salir de verdad de su boca?
¡Basta! ¡Basta de confundirme Kim Jonghyun! ¡Tú pronto te irás de mi vida y te alejarás!
No puedo continuar con esto...
Por Dios... sólo es un personaje ficción.
Más que cabreado salí de la oficina para caminar hasta el casino, necesitaba comer algo y llenar mi cerebro de alguna sustancia que me hiciera olvidar lo que acababa de leer.
— ¡Hey, Kibum! –escuché llamar mi nombre, me voltee y en una de las mesas estaba Jinki, señalando que me fuera a sentar a su lado. ¿Qué querrá? Normalmente nunca hablamos más que un "Buenos días" o "Hasta mañana".
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Perfecta Ambición [JONGKEY] ♥
Romance¿Qué tan lejos es capaz de llegar una persona que de un momento a otro perdió la chispa de la ambición? Kim Kibum, reconocido escritor por un libro que marcó su carrera, pero, que lo llevó al hundimiento de su popularidad. ¿Por qué conformarse con...