Al dia siguiente.

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En mis sueños no hacía más que pensar en ella, no hacía más que ver esos hermosos ojos llenos de luz, de vida, esos labios tan perfectos que eran mi delirio, no paraba de escuchar su voz tierna, dulce y cálida, no paraba de pensar en ella, de soñarla y admirarla aún en mis sueños.
Desperté un poco a fuerza gracias a que un rayo de sol atravesaba por la ventana e iba a dar justo a mis ojos... -vaya suerte tengo- pero conforme abría mis ojos, una silueta de lo más hermosa y candente se postraba frente a mí, a contra luz, dejándome anonadado y con la boca abierta frente a tanta belleza.
Era mi chica, estaba despampanante aún sin estar vestida de mejor manera, aún con mi playera grande y esos bóxers, conseguía verse maravillosa y los rayos del sol le hacían verse aún más hermosa. En verdad ella es mía? No de la manera posesiva, sino... de la manera más "linda" posible, es mía? Esa mujer tan bella es mi novia? Como puedo yo ser tan afortunado? Por años creí que ganarse la lotería o tener millones era ser alguien con fortuna, pero vaya que existen fortunas aún más grandes que lo material, en mi caso, ella.

—Hola preciosa -Sonreí completamente intentando distinguir su rostro entre los rayos del sol-

—Hola precioso -Suelta una sonrisa enorme-

Por fin logró distinguir su hermosa sonrisa de entre los rayos del sol, se ve preciosa.

—Buenos días señorita, ¿Que tal amaneciste? Adivino, aún más preciosa que ayer, como siempre. -Me levantó de la cama y me acerco a ella tomándola con mis manos por la cintura-

-Ella se sonroja y me mira con una sonrisa- Amanecí súper bien, muchas gracias, apuesto joven. -Guiña un ojo hacia mi-

Hasta con pequeños gestos como esos, ella luce hermosa. Al llamarme afortunado estoy quedándome muy corto.

—Me alegra demasiado que hayas amanecido súper bien, de igual manera también lo hice, fue el sueño más rico y reconfortante de mi vida. -Sonreí mirándole a los ojos-

Muchas gracias por haberme dejado pasar la noche contigo, en verdad disfruté muchísimo nuestra velada, fue algo hermoso y sin igual -Sonreía y el brillo de sus ojos era único- Dormí excelente en tus brazos, aunque note que alguien estuvo feliz de tenerme abrazada por la espalda toda la noche... -Tenía su mirada pícara clavada en mi-

Como buen jitomate humano, no pude controlar mis nervios y vergüenza, así que aunque no me veía, yo sabía que estaba rojo como una manzana, y no de las amarillas, obvio.

—Emmm... si... es que... ves que estaba lloviendo? Pues que la energía se vuelve inestable...asi que... conseguí una lámpara... seguro eso sentiste... lo lamento -Dije hundiéndome en un mar de balbuceos-

—Claro... seguro fue la lámpara, muy bien pensado...-Sonreía de manera picara-

—Si, es que si se iba la luz pues no íbamos a ver y nos podíamos caer y pues... lo pensé y la lámpara fue la mejor opción... -Mis palabras eran más intentos de habla-

—Comprendo, pues a ver qué día me enseñas esa lámpara, se ve que tiene buena luz... -Me miro con una sonrisa aún más picara, meneando sus caderas conforme salía de la habitación.-

—Como es de costumbre y ya una tradición, yo estaba rojo, casi morado de la vergüenza, y ella disfrutaba el espectáculo de verme así-

—Claro preciosa, cuando gustes -le sonreí amablemente- pero, con la condición de que tú me enseñes a roncar de esa forma, ¡Es descomunal!.

El placer de ver cómo es que su rostro pasó de completa alegría y felicidad, a uno de vergüenza y angustia fue enorme, disfrute cada segundo-

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⏰ Última actualización: May 07, 2018 ⏰

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