—No.— Dijo determinado el chico japonés, estaba de brazos cruzados y con el ceño fruncido demostrando su molestia.
—Vamos Yuuri ¿No te parece excitante la idea? Imagínalo. — Trataba de convencerlo Otabek mientras le tomaba de la cintura y le dejaba tímidos besos en su cuello.
Yuuri trataba de mantenerse firme ante las dulces caricias de su novio, pero cada vez que lo tocaba lo convertía en una genuina gelatina.
Tras varias caricias provenientes del kazajo, a Yuuri se le salió un casi imperceptible gemido, su novio se dio cuenta de esto.
—Tomaré eso como un sí. — Lo toma del mentón y le planta un pequeño beso en los labios.
Desde hace una semana que Otabek le pedía al japonés intentar tener sexo en algún área pública, claro que Yuuri se había negado todas las veces hasta ahora.
Todo quedó así, una tarde, varios días después del sí de Yuuri, ambos se ponen de acuerdo para salir al cine. A la hora acordada, ambos estaban dentro del lugar haciendo fila para comprar unas palomitas y soda. Habiendo comprado lo necesario, se dirigieron a la sala para buscar su lugar y sentarse a esperar a que la película empezara.
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Qué película tan aburrida ¿Porqué Otabae habrá elegido este título? Pensó Yuuri y volteó a mirar a su pareja que estaba al tanto de lo que ocurría en la pantalla. Regresó la vista a la película con una expresión aburrida. Otabek había escogido esta película porque ya sabía que era terriblemente aburrida, así que, al ver la expresión aburrida de su novio, se acercó a él y comenzó a dar pequeños besos en su oreja u parte del cuello.
—Otabae ¿Qué haces? —le pregunta un poco avergonzado. — Bear... B-basta, estamos en... —se quedó callado, a su cabeza llegó la petición que le había hecho su pareja hace poco tiempo. — ¿Ahora, Beka?
— ¿No quieres? —había comenzado a moverse al asiento del chico de tal modo que estaba casi sobre él. —Si quieres podemos seguir viendo esta aburrida película en lugar de hacer... Otras cosas más interesantes. —Una de sus manos se cuela por la camisa de japonés causándole escalofríos al chico.
—P-pero... —se lo pensó varios segundos. Su novio esperó pacientemente su respuesta, se había regresado a su asiento. —Puede venir alguien y vernos, me da miedo que es pase.
—No te preocupes, Yuuri, no va a pasar nada, además ¿No es mas interesante pensar que nos pueden atrapar?
El japonés lo pensó varios segundos de nuevo, sí, sería una aventura interesante ¿Porqué no intentarlo?
Al final, Yuuri se levantó de su lugar para colocarse encima de las piernas de Otabek. —Tendremos que ser silenciosos, es una sala de cine después de todo. —Responde con un tono seductor para luego comenzar a besar a su pareja.
Otabek no se opuso y respondió el beso profundizándolo mientras llevaba sus manos a las nalgas del japonés para evitar que cayera, y para también masajearlas un poco. Yuuri soltaba pequeños jadeos que terminaban en la boca de su pareja.
—B-beka... -Gimotea separándose levemente del rostro del kazajo y su parte baja la mueve contra la pelvis de su pareja. —T-tócame por favor... —le pide con su rostro completamente rojo y sus ojitos levemente llorosos.
Otabek no lo pensó dos veces y metió una mano dentro del pantalón de su novio, éste al sentir el calor de la mano del kazajo, se estremeció ligeramente y dejó salir un pequeño jadeo; Beka comenzó a masajear por encima de la ropa interior y Yuuri iba soltando gemidos cada vez más altos, si fuera por el kazajo no le importaría, pero estaban en una sala de cine, que, aunque un poco vacía, había más personas además de ellos. Colocó una mano en la boca de Yuuri para tratar de acallarlo.
