Capítulo 1: Elegir o Perder.

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2 meses después...

Las pesadillas me consumen día tras día. Todas y cada una de ellas son iguales, en todas me apartan de Dolly y la que era mi población se desintegra y sufre daños permanentes.

   Mi respiración normal regresa poco a poco.
¿Qué es lo que puedo hacer? Dolly está bajo su poder. La mayoría de mi población está herida y otra parte de ella simplemente se esfumó como la flama de la vela de cumpleaños que mis padres solían darme el día de mi cumpleaños... hoy es ese día en el que mis padres deberían estar conmigo justo como Dolly. Todo debería ser igual que como hace diez años, pero todo lo que hoy protegía, como el pasado, se fue al carajo.

《—Pararte de esa maldita silla podría ser el primer paso para salvar a nuestra niña. —clama Claire, con una pizca de enojo. Se dignó a volver después de un mes de que nos arrebataron a Dolly.

—Sabes muy bien que lo he intentado, he visto todas las malditas formas de llegar a Athom, pero siempre existe un mínimo detalle: No sé dónde mierda se encuentra su corporación. Está fuera del radar. contesto como ella merece, ninguna de esas palabras salen de mi boca, sólo se reproducen en mi cabeza.》

Abro mis ojos de una manera lenta y me enderzo en la silla plateada de mi despacho de casa. Mi vista queda perdida en la cosas que se encuentran allí; la puerta está justamente frente a mi escritorio, el suelo café claro cubre en su totalidad la casa, detrás de mi hay un estante lleno de libros que he leído (libros de hace muchos años porque obviamente en este Domo no hay alguien que saque alguno más) y las paredes blancas del despacho tienen como decorado algunas fotos de toda mi familia: lo único que pude rescatar en los archivos de mi padre en la Corporación.
   Estiro mi mano hacia la copa de vino que está sobre mi escritorio y lo llevo hacia mis labios, sorbo todo de él y coloco de golpe el objeto sobre mi escritorio. Llevo ambas manos hacia mi cabeza y la presiono por desesperación. Ahogo un grito, cierro con fuerza mis ojos y las lágrimas vuelven a caer como cascada y mi respiración vuelve a acelerarse justo como al principio.
Recargo mis codos sobre el escritorio y alejo mis manos de la cabeza. Vuelvo a abrir mis ojos y tomo la botella que está justo a un lado de la copa que dejé.
   —Salud... —murmuro, algo pasada de copas.
   Llevo la botella directamente a mi boca y comienzo a beber de ella.
—Púdrete Athom, púdrete Claire, ¡púdrase todo el maldito mundo!

《 —¿En serio tomarás de esa forma? Terminarás muerta. Es lo único que has hecho desde que volví.》

—¡Me tengo que morir algún día y si eso ocurre hoy, que mejor! —exclamo y dejo la botella en el escritorio.

—Tal vez sí... pero aún no, Alaia. —añade Kriss, parado justo en la entrada del despacho; no me percaté el cuando la puerta se abrió.

   Camina hasta quedar del otro lado del escritorio y sólo lo sigo con la mirada. La chaqueta negra, el pantalón del mismo tono y la camisa gris lo hacen ver más atractivo de lo que ya es.

Trato de mantener mi mirada sobre la suya.
— ¿Qué quieres, Kriss?

— ¿Qué es lo que quiero? Es una muy buena pregunta. Quiero que vuelvas a ser la misma Alaia de la que me enamoré; esa chica valiente, osada y espontánea que intentas ocultar.

—No la trato de ocultar. Es sólo que esa chica ya no existe... yo la maté —suelto, junto con una pequeña risa de borracha —. ¿De qué sirve ser esa chica si no logras nada? ¡Todo se arruinó Kristtyan!—el nudo en la garganta vuelve— ¡Mi niña, mi Corporación y la población que juré a mi padre proteger contra todo! ¡¿No lo entiendes?! —. Me pongo de pie; estoy alterada.

—Lo que no entiendo es cómo te dejaste vencer por un viejo decrépito como Athom... —su voz es firme.

   Mis labios actúan más rápido de lo que logro pensar y esas palabras crueles y frías salen sin retroceso:
— ¡Me dejé vencer así como a ustedes los hizo hacerlo! ¡Así como dejaron que llegara tan lejos su maldito plan y ahora todo esté cayendo a un abismo! ¡Con su estúpida ayuda lograron arruinar mi vida, Kristtyan!—proceso esas palabras después de ser proyectadas como una bala a su pecho.

Claire Alaia Fraiten... no vuelvas a tomar una sola gota de alcohol.

《 —A eso se le llama destruir los sentimientos de alguien. —suelta, Claire y odio aceptarlo, pero tiene razón.》

—Lo siento. —suelto al instante. Mi voz refleja arrepentimiento hacia eso que dije—Yo-Yo no que...

—No te disculpes. Tienes toda la razón Alaia, pero creo que aún sigues sin ver que nosotros también arriesgamos vidas de seres queridos y nuestras propias vidas. —me arrebata la botella de vino—Y si tú no cooperas en nada, esto no funcionará. Todo lo que hacemos para rescatar a Dolly es de corazón. No pedimos nada a cam...

—Kriss...

—Dejame terminar. —replica—No pedimos nada a cambio. Pero creo que lo único que deberíamos de recibir es por lo menos una pizca de confianza y perdón de tu parte.

—Kriss, yo no quise decir nada de eso. Estoy pasada de copas, estoy enojada conmigo misma y los llevo entre mis problemas y no es justo para ustedes.

—No Alaia. No lo trates de justificar. —camina hacia la salida y antes de salir vuelve la mirada hacia mí: —Después de todo los borrachos y niños siempre hablan con la verdad. —me golpean duro sus palabras y sale del despacho con la botella en mano.
La puerta se cierra.

Trato de caminar hacia él, pero creo que arruinaré las cosas más de lo que ya están.
   Me siento de golpe en la silla del escritorio. Inhalo todo el oxigeno que mis pulmones permiten y exhalo libremente por la boca. Tomo la copa de vino y veo mi reflejo claramente.

¿En qué tipo de persona me estoy conviertiendo? La pregunta ronda en mi cabeza.

   Dejo la copa, limpio inútilmente mis lágrimas y enciendo la computadora: me dirijo a mis archivos y selecciono el video más reciente que tengo. Varias lágrimas resbalan al repasar ese video una y otra vez.

   Si algo sé de Athom es que sabe en donde golpear a las personas, no de manera literal, me refiero a que sabe como destruir a todos los que se le atraviesan.

《—Ellos merecen saberlo Alaia, ¿cuándo se los dirás?—la pregunta de Claire resuena en mi cabeza.》

Repaso mi respuesta y mis labios forman perfectamente esas palabras:
—Lo haré cuando crea que están listos.

INCONSCIENTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora