Capítulo 2: Redención.

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2 meses atrás...

Su holograma desaparece y la ola de radiación amenaza con destruir todo a su paso. Los guardias que protegían el límite son de las primeras víctimas de dicha ola. El disturbio se desata y lo que ahora se mantenía de pie ahora de desmorona como si nada.
—Vamos Alaia. —dice mi hermano y me hace volver a la corporación, aún sigo sin procesar nada de lo que ahora está pasando.

— ¡Es una alerta roja! —suelto al presionar mi reloj.

Volver a cero es algo que jamás pensé que pasaría. Juré a mi padre cuidar y mejorar todo lo que me dejó, no lo contrario.
— ¿A qué te refieres con eso? —su mirada es de temor y desconfianza a la vez.

—Qué todos volveremos al búnker del que salimos alguna vez, Anyiela. —responde Sophie mientras se acerca a nosotros, todo los demás están tratando de salir de aquí con vida pero los cuerpos caen como un simple muñeco de trapo debido a las partículas de radiación que los ataca de inmediato. —No pudimos reactivar el campo protector, todo está fuera de nuestras manos. —su mirada y semblante es distinto.

— ¿Sophie? —mi hermano se acerca a ella —Necesitas llegar al búnker, ya.

—No. Draiden sigue atrapado en la sala de control y aunque siga siendo parte del búnker dudo que... —detiene su información y sangre derramada en lágrimas caen de ella, su cuerpo se desvanece pero Ellek lo detiene antes de tocar el suelo.

Camino rápidamente hacia el elevador que sigue sin permitirme ser usado.
—¿Qué diablos haces? —Anyiela me gira hacia ella. —No puedes hacer nada por él...

El chico de ojos verdes se acerca a nosotras de una manera rápida.
—Tenemos que irnos ahora, Alaia. —Kriss toma mi muñeca y avanzamos todo el pasillo hasta llegar a las escaleras que nos darán la salida de la corporación.
No sé qué decir, no sé qué hacer, sigo en shock y lo único que sé que tengo que hacer es que todos los que puedan lleguen con vida a aquel búnker en medio de la vegetación.

Los cuerpos tirados por doquier dificultan el avance, pero en tan sólo un instante nos encontramos corriendo entre la multitud hacia la entrada de nuestra salvación. La ola de radiación está cada vez más cerca de cubrir todo lo que era el Domo F y de terminar con la vida de todo aquel que se le atraviese.

  Alarmas sonando, cuerpos cayendo y esos gritos de desesperación conforman todo el disturbio, pero en especial uno de aquellos alaridos me hace frenar al instante.
— ¡MAMÁ! —un grito tan desgarrador proviniente de una niña es lo que me hizo hacerlo. Más lágrimas se escapan al pensar en mi niña, en mi Dolly, y siquiera él pensar el hecho de que otra pequeña pueda morir me hace ir en contra de la ola de gente.

— ¡Alaia! —mi hermano grita mi nombre y con tan sólo mirarlo sabe que lo tengo que hacer.
   Termino aquella multitud y miro a todos lados intentando encontrar el origen de ese grito hasta que doy con él; una niña pequeña cerca de una fuente gritándole al cuerpo de su madre.

"Signos de radiación: alta."
"La puerta se cerrará en un minuto."

—Diablos... —llego lo más rápido posible y me acuclillo frente a ella—Vamos pequeña... —paso mi cabello por detrás de mis orejas, extiende sus brazos hacia mi y cargo con ella y su llanto.

Mis pies comienzan su recorrido de sobrevivencia entre aquellas plantas altas mientras esquivo todos aquellos obstáculos que se me ponen en el camino. Los que lograron llegar estarán a salvo, todos y cada uno de ellos no tendrán el temor de morir, el búnker está diseñado contra ataques de esta magnitud y ahora a mí me toca salvar la vida de esta pequeña.

    Cada vez más logro ver mi destino y en ella a mi hermano junto a Anyiela y Kriss.

— ¡Rápido Alaia! —sus voces se entrelazan. Miro hacia atrás y la ola está casi sobre nosotras. Mi corazón está a mil por segundo, siento que todo mi pasado está volviendo a ser mi presente.

"La puerta cerrará en diez."

"Nueve."

"Ocho..."

— ¡NO! —más lágrimas se escabuyen y un escalofrío recorre todo mi cuerpo.

"Uno."

Mi hermano intenta salir por mí pero lo detienen antes de que cometa un error. La puerta se sella y un último grito de él es lo que logro escuchar, tal cual a la vez que nos separamos, solamente que ahora yo soy la de los problemas.
—¡No! ¡No! —grito varias veces entre lágrimas intentando que esa puerta gris abra por lo menos un poco para que la niña no sufra, pero también sé que sí se abre pondré en riesgo a todos por sólo una vida. Qué irónico, ¿no?.

   Me arrodillo ante la puerta y cubro con mi cuerpo, lo más que puedo, a aquella niña indefensa tratando de lograr lo imposible... salvar su vida.
Su llanto sigue al igual que todas las alarmas.
   Cierro los ojos y:
—Todo va a estar bien... —suelto por último y la ola de radiación nos cubre por completo, el aire es demasiado caliente y su cuerpo se desintegra al igual que todos los cuerpos que quedaron expuestos ante esto, quedando sólo entre mis manos la ropa que portaba.

Las palabras antes de que Athom "muriera" se reproducen automáticamente en mi cabeza: "Mi fin será cuando tu fin haya llegado." y siento que no será así, porque mi fin ha llegado y él ya triunfó con aquella jugada perfecta.

Cada segundo que pasa mi cuerpo se debilita junto con la ola, no tengo fuerzas para nada, ni para soltar una lágrima más. Sólo sé que intentaré hacer hasta lo imposible por encontrar el paradero de mi hija. Tendré un as bajo la manga, tal y como Athom, en cada paso erróneo que dé.

<<—Lo haremos pagar. Te lo juro. — suelta Claire, dándome el inicio para una idea, y es entonces cuando caigo inconsciente en aquel suelo áspero y ardiente. >>

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⏰ Última actualización: Aug 04, 2019 ⏰

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