Mar adentro

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ULTIMA PARTE 

Mar adentro

"Tener, tener sed aún al beberte,

Tener los labios agrietados de la sequía que se siente aun al tenerte,

Porque no sacias, mis besos te buscan por siempre,

Sin parar, sin rendirnos, te tengo y necesito olerte,

Comerte, tenerte ganas 24/7, ¡Dios! Siempre..."

La extraña sensación de que mis dedos nacieron para esto, no era normal. Comencé a creer que mi propósito en la vida es y siempre fue probarle por dentro las paredes blandas, calientes y rosadas, olientes a sexo. Metí ahora sin lentitud el último dedo, hasta el fondo, con una malicia que no sabía existía en mi interior.

Mierda...

Su forma de gemir me tenía vuelto loco, el timbre de su voz me acaloraba las células del cuerpo y mi mano firme apretaba con fuerza su vientre duro incrustándole los dedos como si mi precioso Hyung se me fuera a escapar a algún lado lejos de la ducha, mientras mi dedo seguía bailándole ahí, con una dureza exquisita que, pensaba, luego mutaría a mi carne gruesa abriéndose paso por el agujero colmado de agua y fluido natural que me llamaban con desesperación para que entrara a hacerle la guerra.

Quiero que mi granada te haga explotar Park Jimin, que me pidas tregua, que la paz abunde en la trinchera, porque te dejaré sin municiones, sin fuerzas, sin aliento...no podrás ni moverte.

Mis ojos aniquilando el espacio entre sus nalgas, mi boca dándole besos en la nuca, desesperado, haciendo ruidos fuertes contra su piel, gemidos en melodía con el ruido del agua cayendo sobre mi espalda y la suya. Le succioné los hombros, gimió fuerte. Su pelvis se empujó sola hacia mí, y la punta de mi pene, duro como una roca, se le metió entre las nalgas. Gimió con locura.

No tienes ni vergüenza...eh?

Aproveché el impulso de sus ojos blancos contra la pared, y metí la punta de mi carne dentro de su culo, en un movimiento rápido. Se contrajo su cuerpo, lo agarré firme con ambos brazos, espere un par de segundos cerrando los ojos con fuerza al sentir la deliciosa contracción de su entrada apretarme la punta, y mis ojos al destellar con la imagen de sus labios abiertos ahogando un quejido de dolor, causaron la siguiente impulsiva acción. Se la metí hasta el fondo, sin prisa, despacio corría el largo de mi pene por entre sus blandas carnes, y el líquido caliente que salía de la punta de mi pene se le mescló con el agua tibia de la ducha, haciendo un ruido obsceno al repasar su ano con toda la extensión de mi pene. Se lo hundí, sin miedo, controlando a duras penas las ganas enormes que tenía de bailarle con la pelvis de forma desesperada contra mí.

- Ah, mierda, no...ahg, no...te muevas.- no sabía que mi voz podía ser más ronca de lo habitual. – quédate quieto, o te haré daño...- le canté grave en la oreja, meloso y asesino. Y el gatito cálico, en cambio, jadeando como perro envenenado, me meneó la cadera con la prestancia de su innato ritmo y seducción natural.

Jodermelo, eso quiero...

Co...cojeme, cojeme duro.- Ahí de nuevo su rica voz, ahora más ronca que la vez anterior, y mis manos se aferraron a la pared mojada por encima de su cuerpo tembleque, y bastó un quejido de sus labios al cambio de mi posición para que, fuerte y firme, envistiera su delicia de paraíso, mojado y húmedo contra mi palpitante pene, embestí una, dos, tres veces fuerte, y cada una de ellas fue recibida con gemidos cortos y agudos que se le escapaban de la garganta.

KOOKMIN - (THREESHOT) Entre cuatro paredes, fotografías de él.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora