Las vidas de Chloe y Katiana se vuelven mas dramáticas ya que decidieron tomar una decisión muy difícil para sus vidas cuando su relación a penas empezaba. Una vida juntas en un lugar muy distinto a lo que acostumbraban, ya no tan cerca de sus seres...
El día pasaba lento para Chloe que estaba acostada viendo televisión, extrañando cada vez más tocar el piano y sentir su sonido rozarle el alma. Pero si pensaba en extrañar, le venía a la mente Katiana, en el trabajo la extrañaba, en la casa, en cada momento que no pasaba con ella, acostumbrarse a eso, le costaba, así fuesen solo horas, para Chloe eran años. Pero le reconfortaba saber que la tendría para ella el fin de semana, de poder disfrutar de su compañía, de su risa, su calor. Aunque no podía negar que sobrevivir a no hacer el amor con su novia extrañaría también, Chloe deseaba tanto a Katiana como la bailarina a ella, eso era algo que a la pianista le sacaba una sonrisa, saber que esa yama sería muy difícil de apagar, ese fuego eterno que apareció apenas sus ojos se encontraron. Estaban muy enamoradas.
En cambio el día a Katiana le parecía tedioso después de ensayar toda una mañana y tarde, se encontraba en el evento, pero , tanto faroleo de los bailarines para impresionar a los impulsores, le causaba nauseas, la hipocresía de la mayoría de la academia, y a la vez le relajaba saber que no tenía que caer en una de las mentiras de algunos de ellos, y jueguitos competitivos, Katiana tenía la mente siempre en ser ella misma y no dejarse llevar por el ego, eso sí, no dejarse pisotear ni opacar por los demás.
La bailarina estaba lista para la presentación de nuevos estudiantes de la academia, más que una presentación, una competencia entre ellos. Una avalancha de animales hambrientos de dinero y poder. Minutos antes de presentarse se le acercó la coreógrafa Christine.
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— ¿Lista? —se paró junto a ella mirándola de reojo, mientras veían a los invitados. —estas maravillosa esta noche. —dijo atrevidamente Christine. Katiana estaba harta de esa insinuación de la coreógrafa, la hacía sentir incomoda.
—Gracias. Y si estoy lista. —respondió Katiana entendiendo el inglés sin ningún interés en la coreógrafa y sin mirarla.
— ¿Todas las Venezolanas son así de serias y antipáticas—Mofó Christine y se fue irritada.
— ¿Disculpa? —Katiana volteó los ojos—No. Somos mujeres muy buenas la verdad. Solo que yo...no doy la confianza así de fácil. —aclaro Katiana seria.
—Ahhh entonces estás diciendo que yo soy fácil? —preguntó Christine ilusa.
—No! —Katiana cedió a verla—yo...sabes? Tengo novia, y sé que yo te gusto...o atraigo, pero! no tienes oportunidad, mi novia es perfecta, y estoy muy enamorada de ella—dijo Katiana de repente, desahogándose siendo sincera como siempre.
La coreógrafa la miraba muy seria, Katiana tenía expresión de incomodidad. Christine se dió la vuelta sin decir más y se retiró.
'Eso sí que fue incomodo...aff creo que ahora sí la cagué por completo, es mi coreógrafa!! ...Pero hice bien, yo amo a Chloe y sé que se me insinuaba.
De pronto anunciaron la presentación y Katiana junto con los demás salieron a lucirse y competir por los mil dólares más que todo.
Ya como a las ocho de la noche, Chloe tarareaba unas canciones en su habitación para distraerse un poco, pues se encontraba muy aburrida, y la tía Brenda no hablaba con ella, se la pasaba en la sala hablando en francés por teléfono, seguro con alguna de sus clientes para vestidos de novia, a eso se dedicaba ella.
