Después de un largo día de trabajo, lo único que le apetecía era comer, bañarse y dormir. Estar todo el día limpiando no era fácil, mucho menos aguantar el humor de su jefe.
Se había mudado a Seúl con la esperanza de obtener un empleo acorde a su carrera, pero todo lo que había conseguido era un trabajo de mantenimiento en unas oficinas de abogados. Aunque no se quejaba, con ese dinero pagaba sus comidas y la mitad de la renta.
"Llegamos"
La voz del chofer lo hizo sobresaltar, miró a través del cristal y notó que el taxi estaba estacionado frente al edificio color azul pastel donde su madre le había alquilado un pequeño apartamento cuando recién empezaba la travesía en la ciudad.
Bajó del taxi, extendiendo la cantidad que el taxista le había indicado y suspiró a la vez que vio su cartera. Necesitaba comprar un auto, viajar todos los días en transporte público le estaba consumiendo su escaso sueldo.
Caminó hasta la recepción y saludó al guardia de seguridad. Taeil era un buen hombre, desde que había llegado al área ㅡhacía ya un añoㅡ se había encargado de que el menor se sintiera cómodo y no le faltara comida. Siempre adornaba su saludo con un: "¿Comiste bien?" y si veía un simple gesto o negación, corría a la cafetería más cercana o llamaba a su esposo Doyoung para que trajera comida casera. Muchas veces Jungwoo intentó pagarle de vuelta, pero éste solo respondía: "Después que estés saludable, me basta".
Tenía la hipótesis de que su madre le había encargado al guardia cuidar de él.
Le dedicó una sonrisa y corrió al ascensor antes de que éste cerrara sus puertas. Marcó el piso dónde estaba su apartamento y rápidamente subió. A lo lejos notó un bulto frente a su puerta, por lo que frunció el ceño y se acercó a ver de que se trataba.
Cerró los ojos con fuerzas y soltó un suspiro pesado cuando vió a Kun acurrucado en el piso, con el rostro de una tonalidad carmín frente a su puerta.
Bajó sus manos hasta el cabello color café y le acarició su mejilla para que despertara. Al abrir sus ojos, confirmó que su mejor amigo había estado llorando.
ㅡ¿Otra vez?
ㅡOtra vez. ㅡlimitó a responder mientras una lágrima empezaba a descender.
ㅡDebes de terminar con él, esto ha sido suficiente. Él sabe que lo sabes todo, así que el único que está sufriendo eres tú... ㅡsoltó lleno de molestia. Aunque lo aconsejara, sabía que haría caso omiso y volvería a caer en el circulo vicioso de la relación tóxica, pero como mejor amigo, era su deber.
Kun tenía una relación seria de hacía ya unos cinco años, pero en los últimos dos, su pareja había empezado a salir con otro chico mientras estaba con él.
Recuerda que los descubrió el día de su cumpleaños. Todos se habían reunido en un buffet chino para celebrar y pasar un buen rato, no obstante, solo se llevaron el malestar de ver a Sicheng besando a un chico de rasgos japoneses. Desde ahí, Kun se había hecho el desapercibido e ignoraba completamente la situación. Ha soportado los desplantes de su pareja, las excusas tontas para no estar con él y hasta ha soportado que el chico japonés visitara su casa proclamándose como el mejor amigo de su novio... Todo eso con tal de no terminar con la persona que amaba.
ㅡQuiero terminar con él, pero no puedo. ㅡconfesó en lo bajo. ㅡC-creo que aún lo amo.
ㅡ¿Crees? ¿Estás escuchando lo que estás diciendo? ㅡlevantó la ceja derecha. ㅡYa no tienes seguro lo que sientes por él, pienso que esa es una clara señal de que estás con él por costumbre y no por amor.
Kun pareció reflexionarlo unos segundos, pero lágrimas volvieron a brotar de sus ojos marrones. Él entendía perfectamente el punto de Jungwoo, incluso, quería arriesgarse y mandar a la mierda a su pareja junto con Yuta para darse una oportunidad... pero se sentía estancado.