Cuatro

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—Hyung —el menor le llamó.

—¿Qué?

—So.

—Como quisiera que el homicidio fuese legal en ciertos casos. Aunque considerando lo poco humano que te ves no sería juzgado, ¿no crees, Jungkookie?

—Siga haciéndose el tonto, hyung, y no le enseño el fic que encontré  —amenazó—. Creo que le ayudaría a mejorar su relación con Hobi hyung —comentó ahora, un deje de malicia no intuida por el otro en su voz.

—A ver, desembucha, no tengo todo el día.

—Si sigue con esos tratos...

—... ¿Qué quieres ahora? Maldición, eres insoportable.

—Sólo tiene que seguir los consejos al pie de la letra —comenzó a relatar—. Es simple, hasta usted podría hacerlo.

—¿Vas a seguir tentando a tu suerte?

—No se enoje, hyung —pidió, sin ninguna intención de que se calmara en realidad—. La historia es sobre piropos. Yo creo que si usa alguno Hobi hyung...

El otro suspiró, frotando sus sien con impaciencia.

—De acuerdo —concedió—. ¿Qué demonios quieres?

—Se ha vuelto más listo, hyung —le burló—. Bien, quiero la foto que he perdido por su culpa, y hay trato.

—Ni muerto, saquese.

—Entonces puedo decirle que le sacó una foto, mientras dormía abrazado a su almohada, en ropa interior.

El otro en respuesta gruñó.

—Me  alegra que nos entendamos. Dígale el piropo que más le acomode, he oído a Hobi hyung decirle a Jin hyung que le gustaban, seguro cae.

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