Capítulo 1: "Nuestras vidas"

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Un gigantesco hombre se encontraba en un consultorio médico hablando con un hombre de cabello cenizo y lentes.

Entonces aún no hay donante, decía el gigantesco hombre con tristeza.

No señor Ox, lamento decirle que no, decía el médico.

Mi niña se está muriendo y yo no puedo hacer nada para salvarla, decía el señor con nostalgia.

No se sienta culpable señor Ox, ya le hemos explicado que no necesariamente todos en la familia tenemos compatibilidad orgánica, hay organismos que son muy especiales y rechazan los transplantes como es el caso de Milk, desde que descubrimos la enfermedad que padece cuando era solo una niña de 5 años la apoyamos y cuando se quedo solo con un riñón porque el otro dejo de funcionar a pesar de las hemodiálisis a las que se somete diariamente hicimos todo para que ella este en lista de espera por un donante a usted le consta ello pero lamentablemente de los pocos donantes de riñón que ha habido ninguno fue compatible con Milk y ello pues agrava cada día su caso, no quiero mentirle ni darle falsas esperanzas, Milk está muy grave así se consiga un donante en este mes tal vez ella no resista una operación, decía el médico con nostalgia.

Mi niña, dijo el señor Ox con voz entrecortada.

Ella necesitara todo su apoyo, tiene que ser fuerte señor Ox, si usted se deprime ella se deprimirá también, a pesar de todo Milk es una niña muy valiente, siempre la veo contenta a pesar de su enfermedad, decía el médico.

Mientras tanto:

En una oficina un grupo de apuestos jóvenes se encontraban frente a un par de hombres platicando.

Estás son las actividades que harán este año por la navidad, decía un hombre rubio entregándole a los cinco jóvenes que tenía en frente un folder que contenía las actividades que realizaría por navidad.

¿El asilo?, dijo uno de ellos.

Si el asilo Vegueta, este año iras por navidad a compartir algunas horas con los ancianitos del asilo, ustedes saben que para asignarles sus actividades nosotros hacemos encuestas previas en las instituciones a donde iremos a dejar los donativos para ver en donde ustedes son más populares para que puedan llegar a esa institución y darles una alegría además ello demuestra su lado humano, no solo son luchadores famosos de artes marciales son seres humanos al igual que sus fans, decía el hombre rubio.

Así es chicos el señor Kioto tiene razón, ustedes no solo son luchadores de artes marciales famosos son seres humanos y estamos en navidad, no les costara nada llevarles un poco de alegría a las instituciones que les asignamos, decía un anciano de lentes y bigote.

Claro que no maestro, lo haremos con gusto, dijo un atractivo jovencito de cabello alborotado.

Además yo no estaba cuestionando el lugar que me toco solo me sorprendió que me tocara el asilo, es todo, dijo Vegueta.

Lo sé hijo, lo sé y si te mande allí es por dos razones, la primera porque en la encuesta tú fuiste el más popular en ese lugar y la segunda porque me entere que tú novia iría a dejar donativos allí y pues supuse que querrías estar con ella, dijo el anciano.

Pues gracias maestro, claro que quiero estar donde este mi hermosa novia, dijo Vegueta sonriendo.

Bueno ¿alguien más que tenga algún desacuerdo con el lugar que le asignamos?, dijo el anciano maestro.

No maestro, dijeron los jóvenes.

Bueno entonces los dejamos, ya saben que en el folder que les alcanzamos están actividades que realizaran para esta navidad, su popularidad crecerá más si muestran su gran corazón, cualquier cosa que necesiten, solo pónganse en contacto conmigo, dijo el hombre rubio antes de salir del lugar junto al anciano maestro dejando al grupo de jovencitos solos.

"Un deseo de Navidad"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora