15 de Julio, 19**...
Sentado en lo que parecía un Fiat, lo suponía por estar en la ciudad eterna, pensé en lo hermoso que eran las hojas caer por mi ventana revelándome un etéreo rostro que lo soñaba cuando dormido escuchaba tu urdimbre volverse cantarina a mis pensamientos; sin embargo, me consumía una especie de temor y luego placer.
Al salir de la circular ciudad romana, el entorno cambió: silvestres árboles y alfombra verde; Gea, al parecer, seguía en los rescoldos de aquella antigua pasión con Urano (cielo estrellado). Me dirigía a Guidonia Montecelio nuevamente. Sentía una débil voz buscar tomar un cuerpo para ser escuchada. Me apoyé en el cristal de la ventana, eran las figuras de los árboles que se transformaban en los espíritus danzantes en el temblar de sus hojas: era todo armonía, bien lo decía Werther. Todo se sumergía en una especie de ilusión que me hacía ver una especie de marisma, qué era... Sentí las caricias de la noche sobre mi rostro, ¿dónde estaba? Volví a ver aquel etéreo rostro, se hizo más nítido y las voces se hicieron rotundas en mi mente, qué era... La desmedida preocupación de saber qué ocurría me embargó, alcé nuevamente la mirada y te vi, te vi, entonces comprendí que el pasado es un espejo de tu reflejo que me atosiga.
No lo ves:
Bajo la sombra de tu figura,
espero el crepúsculo del día.
Canta el risueñor bajo la luna,
una estrella llora en la lejanía.
Veo caer las palabras sobre mí,
un augurio de muerte me inunda.
El velo cubre mi rostro ahora,
y ¿se apagó la luz en mis ojos?
No, es solo parte de lo que
me hiciste creer...
Desperté
y todo era oscuro como siempre
lo fue, lo fue, lo fue...
P.A.E.
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Agostado amor
PoetrySin dejar de ver que había tras aquella esbozada mirada comencé a urdir lo que el corazón me enseñó...