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Respiró hondo mientras miro todo el ajetreo desde arriba.

Seamos realistas, esto no será bonito, la relación con mis padres no es bonita en lo absoluto y por ende costará bastante tiempo acostumbrarme.

Bajo de las escaleras, esquivo a unas cuantas personas y hago todo el proceso de buscar mi maleta.

La ventaja de un un avión privado es que la comodidad es un hecho y los vecinos molestos no andan a la vista.

Gracias al cielo no hubo oportunidad de que me toque con una ancianita parlanchina o peor aún, un niño más molesto que los granos de mi culo.

Busco mi maleta entre tantas y no la encuentro. Es fácil de reconocer tiene la cara y el glorioso cuerpo semidesnudo de Paul Walker oficialmente mi amor platónico de aquí a Marte y de regreso.

Suspiro

¡No la encuentro!

Ganas de refunfuñar no me faltan pero me aguanto, que no se diga que no soy madura señores.

Miro al resto.

Luke está hablando con algunas personas importantes y por supuesto, ya tiene su equipaje en mano y el puto de Samuel, pues... Digamos que se le hizo con la peli de cotorra y su amiga el guacamayo. Mejor no digo nada al respecto y me guardo mi comentario, y yo por supuesto, aún no encuentro la maleta.

Ups...
Como que alguien ya se me adelantó.

Un espécimen de ojos como la noche, cabello negro con matices bronce, tan alto y bien formado como un luchador de las Higlanders y tan blanco y encantador como la nieve.

Nick, mi hermano mayor de veinticinco años aún debe de estarle dando un agradable uso a sus encantos, ya que de otro modo no veo posible de que esté de este lado del prado.

Suspiro antes de sonreír, después de todo estoy feliz. —¡Nicky! —grito antes de echar a correr y engancharme a su espalda como un monito, ocasionando que suelte la maleta y me tome por las piernas.

Escucho resonar una fuerte carcajada de júbilo.

— ¡Frambuesa!—me dice logrando hacer una maniobra que me saca de onda y terminó en el suelo,

—Auch!—no me da tiempo a reaccionar ya que solo es cuestión de segundos para que me cargue y abrace.

Nick abreviatura de Nicolás, es mi hermano mayor de veinticinco años. Es el puto amo de todo aquello que hay y falten por inventar, es el mejor hermano del mundo mundial, aunque claro, que se haya venido a vivir al otro lado del mundo dejando a su hermanita a la deriva en una casa de locos hormonales y con una hermana medio peculiar, no deja mucho que desear.

Luego de un par de achuchones y mis particulares ganas y formas no tan sutil de hacerlo sentir de alguna forma un poco basura por su abandono, me ganó .

La verdad extrañaba a mi lindo y particular Nickynintendo. Shhh que no sepa que le dije así.

—Lo tengo que preguntar porque si no lo hago, hoy no duermo — digo ocasionando que me mire intrigado— Muy rico y todo Nicky, que gusto verte, no te imaginas lo feliz que me haces— se cruza de brazos y sube ambas cejas.

—Pero....—hace señas con una mano para que continúe.

Saco todo el aire retenido de golpe —¿Qué haces de este lado de la zona? —lo miro con ambas cejas alzadas.

Siento como una mano cae en mi hombro sobresaltandome —Eso querida primita se llama ingenió y saber utilizar el p-e-n-e —me desgreña haciéndome fruncir el ceño.

¡No es el PORNO, soy yo!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora