ANNA
Montserrat me observa con curiosidad mientras salimos de la oficina. El trabajo me había llevado más tiempo del pensado y mi amiga se vio en la necesidad de venir por mí para poder continuar con nuestros planes de pasar la tarde juntas.
—Así que terminaste viviendo con él —pronuncia mientras le da un sorbo al vaso de café que sostiene en sus manos.
—No tuve opción —respondo.
—Oh, vamos —masculla —claro que la tenías. Que tus cuentan hayan sido canceladas no quería decir que tuvieras que aceptar.
—Sabes que mis padres suelen donar dinero en ocasiones —murmuro —logre abrir la última casa hogar con la donación de la empresa de mi padre. Y debo agradecerle que haya convencido a varios de sus socios para generar donaciones recurrentes. Si decía que no, todo eso se perdería con seguridad.
—Hubieses encontrado otra manera —insiste —aún no has firmado nada, estamos a tiempo de huir.
Suelto una risa al escuchar la sugerencia.
—Hablo en serio, podemos ir a cualquier lugar que desees —asegura —lejos de toda tu familia y de su locura.
—He decidido que eso es lo que tengo que hacer —sentencio —no hay otra opción.
Montse suspira, siento su mirada sobre mí hasta que llegamos al auto.
—Sabes que si quieres salir corriendo de la iglesia, puedo tener un auto esperando por ti afuera —afirma. —solo tienes que avisar.
Una pequeña carcajada me invade al imaginarnos a ambas escapando en un auto.
—Lo tendré en cuenta —aseguro mientras nos subimos al auto. Ella enciende el motor y en pocos minutos hemos comenzado a avanzar por la avenida.
—¿Han comenzado los preparativos? —cuestiona con curiosidad.
—No lo sé, mi madre y la de Liam se están encargando de realizar todo —confieso —Supongo que si necesitan algo lo dirán.
—Haz sacado un diminutivo de su nombre —responde con diversión —eso me hace creer que comienzan a llevarse bien.
—Nos llevamos bien cuando su lado idiota no sale a relucir, que, por lo general, eso ocurre muy seguido —mascullo rodando los ojos.
—¿Has pensando que tal vez él tampoco la está pasando bien? —cuestiona. —Debe de ser tan duro para él como para ti.
—Él es el que más beneficiado sale en esto —mascullo —Seguramente al asociarse con mi padre recibirá demasiado dinero. ¿Qué es lo que gano yo? Nada, simplemente conservo algo por lo que he luchado gran parte de mi vida —le recuerdo con amargura —algo por lo cual no debería estar condicionada a casarme.
—¿Hablaste con William? —insiste —Probablemente no sea como tú te lo estás imaginando.
—No creo que haya caso de hablar sobre eso —murmuro —No cambiará nada.
Montse me mira con comprensión, se mantiene en silencio hasta que estacionamos en la entrada del restaurante al que habíamos acordado venir. Una vez que entramos y una de las mesas se nos ha sido asignadas, mi amiga regresa al tema.
—¿Has considerado que tus padres tal vez quieran un nieto? —cuestiona. Casi me ahogo con el líquido que había ingerido hace escasos segundos atrás. Montserrat me observa con diversión al tiempo que suelta una leve risa al notar mi estado. —Tranquila, no tienes que pensar en eso ahora —comenta con diversión.
ESTÁS LEYENDO
Amor por Contrato[SAV #3] ©
ChickLit[Libro #3 de la serie amores verdaderos] Nota: Las cinco historias están relacionadas pero ninguna es secuela de la otra; no es necesario leerlas en orden. Dos chicos, dos familias, un matrimonio. William Blake está acostumbrado a la libertad, a v...