Trece (*)

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ANNA

Retengo la risa en cuanto miro la expresión aterrorizada de William, niega repetidas veces con la cabeza en cuanto extiendo a la pequeña que se encuentra envuelta en una manta rosa en su dirección y retrocede un par de pasos cuando me acerco.

Habíamos llegado hace aproximadamente media hora, y lo primero que habíamos hecho fue venir directamente a los cuneros. Lo que no esperaba, es que Will se rehusara por completo a tomar a Sol en brazos.

—Prefiero admirarla desde la distancia —Añade pasados unos segundos mientras me lanza una pequeña sonrisa que se nota totalmente forzada—Así garantizamos su seguridad.

—Por Dios William —Respondo rodando los ojos —No le va a pasar nada porque la tomes en brazos.

— ¿Y si se me cae? —Añade casi gritando por lo que lo mando a callar —Perdón, pero Anna, jamás en mi vida he cargado a un bebé y no tengo idea de cómo debería hacerlo. ¿Qué si se me cae y se hace daño? No quiero averiguarlo, está más segura contigo.

—¿Y la hija de John? —inquiero —claro que tienes experiencia.

—Sky dejó de ser tan pequeña hace mucho —aclara —y no la tomé en brazos cuando era prácticamente recién nacida.

Suelto un suspiro frustrado debido a su dramatismo y me acerco nuevamente hasta él. Lo miro por unos instantes haciendo la mirada más suplicante que poseo y dedicándosela, él vacila por un par de segundos y suelta un gruñido antes de darse por vencido.

Casi quiero brincar de emoción cuando él extiende sus brazos, le entrego con delicadeza a la pequeña, intentando hacer que no despertara y rogando porque no llorara, no quería que William entrara en pánico por eso.

Liam parece tener más confianza cuando la tiene en sus brazos. Sin embargo, parece algo tenso por lo que una ligera sonrisa se adueña de mi rostro.

—Relájate —pido. —No va a pasar absolutamente nada —afirmo.

Él me mira, una sonrisa forzada es lo que obtengo como respuesta y tengo que hacer uso de toda mi fuerza de voluntad para no reírme frente a él.

Lo observo con detenimiento cuando el centra su completa atención en Sol. Se aleja unos cuantos pasos, mientras soy consciente de como su cuerpo comienza a relajarse. Tras un par de minutos, William camina a pasos lentos por el lugar, mientras leves susurros brotan de él, como si no deseara elevar el tono de su voz para no asustar a Sol.

Me apoyo en una de las cunas que se encuentran vacías, mientras los miro en completo silencio. Algo se remueve en mi pecho cuando considero la idea de que, en algún punto, tal vez algo como esto ocurra entre nosotros.

Nunca consideré la idea de ser madre, no estaba en mis planes a corto plazo, podría decirse que justo ahora, tenía otras prioridades. Sin embargo, William era otro asunto. No sabía lo que pensaba, o creía respecto al tema. No tenía la menor idea de si él quería convertirse en padre algún día.

Las cosas entre nosotros no se habían dado de la mejor manera, un compromiso arreglado nos había sumergido hasta traernos al momento en el que nos encontramos ahora.

Todo había mejorado, pero ¿sería eso suficiente para que nuestro matrimonio nos trajera completa felicidad?

—Se ven demasiado lindos juntos ¿No es así? —La voz de Martha me saca de mis pensamientos —Apuesto lo que quieras a que William será un gran padre algún día.

—Apuesto que si —respondo con una ligera sonrisa en el rostro, cuando regreso mi mirada a ellos, Will me observa. Mantiene una sonrisa en el rostro y una expresión en sus ojos que no había visto antes. Es como si de cierta manera, estuviese feliz ahora.

Amor por Contrato[SAV #3]  ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora