Capítulo 3

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Todo lo que se podía escuchar en la oscura habitación eran los ronquidos del rey, que se vieron interrumpidos por una serie de golpes en la puerta.

-¿Señor? ¿Está despierto?-dos criados estaban al otro lado de la puerta, intentando despertar al rey Biast de su pesado sueño. Los ronquidos se reanudaron.

Uno de los criados volvió a golpear la puerta, esta vez más enérgicamente y los ronquidos volvieron a parar.

-¿Mi señor? ¡Traemos noticias importantes! ¿Podemos pasar?

Los ronquidos seguían sin oírse así que los dos criados se dispusieron a entrar, pero cuando estaban girando el pomo de la puerta, esta se abrió de un tirón, haciendo que los dos saltarán hacia atrás ante la visión que esta reveló.

El rey Biast estaba medio desnudo, tan solo llevando sus calzones, con toda su altura cerniéndose sobre ellos dos. Pero, sin ninguna duda, lo más amenazador era su cara, llena de ira.

-¿Quién osa despertarme? ¡Vosotros dos pagaréis cara esta falta!- rugió el rey a los dos criados que con cada segundo que pasaba estaban más atemorizados.

-Mi señor- uno de ellos avanzó un pasito y habló- traemos noticias. Hay un emisario de Emerald que dice tener un mensaje para vos.

-¿Un emisario de Emerald, aquí, en el castillo?- su cara pasó del asombro al odio en un segundo- ¡¿Y por qué no está muerto?!

-Señor, dice que el mensaje es importante- cada vez los criados estaban más alejados del rey, hasta que sus espaldas tocaron las paredes del ancho pasillo.

Biast no dijo ni una palabra, se volvió y cerró la puerta de la habitación. Los criados no sabían qué hacer, así que se quedaron contra la pared, esperando que su rey les diera cualquier orden. Un minuto después salieron dos prostitutas de la habitación, seguidas del rey, esta vez ya vestido.

-Bien, vamos a ver que quiere ese merdal.

Reinos de TraiciónWhere stories live. Discover now