Estoy a nada de terminar de organizar la ropa mal puesta en la tienda y Gael aún anda debatiéndose sobre que camisa llevar.
Lleva 10 minutos decidiendo entre 4 pares de camisas y 2 de ellas son del mismo diseño pero de diferente color.
Que príncipe más indeciso.
Lo comprendería si tuviera el mismo estado de cuenta que yo, pero vamos a quien engañamos, este chico puede comprar toda la tienda si se le antoja.
Porque si así es con la ropa ni pensar cómo será cuando tenga que tomar alguna decisión importante sobre la nación.
En definitiva que estaríamos perdidos.
Aunque a pesar de todo Valentina esta encantadísima atendiéndolo ¿y quién no? digo, es un chico muy lindo que para rematar carga puesto un perfume que huele esplendido. Pero dejando a un lado eso, estoy tan agotada que no puedo dejar de idealizar mi cama, ya lo he hecho unas 3 veces por lo menos.
Todo mi trabajo fue a una distancia prudente ya que Margaret pensaba que si me acercaba sería incomodo entre otras cosas tontas que dijo. Así que al terminar de colocar la última prenda en su sitio no sabía cómo acercarme o hacerle saber que ya había terminado y me iba a casa.
¿Debería acercarme pidiendo permiso o acercarme directamente hacia ella de la manera más silenciosa y discreta?
La primera opción sin duda es la correcta, pero en mi vida había estado tan cerca de algún miembro de la familia real, así que me pone un tanto incomoda pensar en cómo debo actuar, solo sé que hay que hacer una reverencia y decir su alteza en cada momento.
Cada momento, para ser más exacta y más exagerada.
La segunda opción, es la que veo más acorde para mí. Además todos están al tanto de lo que hace o no Gael, y la atención de este está al cien por ciento en que prenda llevar, creo que pasare más desapercibida de lo que planeo.
Creo.
Creo en muchas cosas, y quizás este mal de mi parte en hacerlo, bueno, en hacerlo a un cien por ciento. No es que sea malo creer mucho en algo, al contrario es bueno, solo que pongámoslo así: Si mi creencia es como un lago semi-congelado y alguien/algo hace un mal movimiento, simplemente se jode todo.
Así como Gael lo acaba de hacer cuando soltó esa tonta pregunta.
—Disculpe señorita, entre estas 4 camisas ¿Cuál cree usted que se ve mejor? —dijo mostrándome las camisas. La verdad no entiendo, puedes llevarte todas esas y más. Claro está que eso solo lo pensé, no soy tan osada, no sin confianza.
La mayoría del tiempo veía a Gael en televisión, revistas o internet, usando ropa formal ¿por qué no animarlo a usar algo informal? al fin y al cabo es solo un chico de 20 años vistiendo como un abuelo, bueno no como un abuelo, pero si poco juvenil.
—¿Qué te parece aquellas franelas o aquella chaqueta de estampado militar? —dije señalando al otro extremo de la tienda. —Porque, para ser sincera, te vistes como un abuelo —en ese momento su guardaespaldas y Luigi se me quedan viendo asombrados incluyendo a Gael y fue ahí cuando me di cuenta que pensé en voz alta. Inmediatamente me disculpo—.De verdad lo siento, no fue mi intensión decir eso.
—¿Piensas que visto como un abuelo? —iba a responder pero Gael se me acerca de una manera lenta y se apresura a hablar de nuevo—, pero dime ¿Entonces cómo debería vestir?
—C-como un chico normal, como todos n-nosotros—respondí tartamudeando.
—Ser un príncipe te quita ese privilegio—soltó en tono bajo. Pude observar como su mandíbula se tensó un poco al decir eso.

ESTÁS LEYENDO
Príncipe de Repuesto
Teen FictionSer Rey es estar en un juego constante de Ajedrez, ya sabes, un mal movimiento y te darán Jaque Mate. Gael detestaba todo eso, pero para su suerte él no sería el próximo Rey, o al menos no hasta que su hermano mayor ejerciera el cargo. Gael es el 2d...