Príncipe de Repuesto

♛Capítulo 1

Llevo esperando salir de vacaciones desde hace 2 meses atrás, bueno, en realidad desde que empecé a trabajar, pero desde hace 2 meses la tienda en la que trabajo ha tenido mucha clientela y eso es muy agotador, más cuando somos pocos empleados.

El lado bueno es que si a la tienda le va bien y a la jefa se le ablanda el corazón, nos puede dar un aumento.

El aumento de salario siempre es bien recibido, es una ley.

—¡¡Amelia!!—Mi compañera de trabajo Susana se encarga de sacarme de mis pensamientos.

—¿Sí?—pregunto algo confundida, Susana solo me hace señas con los ojos para que me ponga a atender al par de chicas que han entrado a la tienda—Gracias—le susurro desde lejos.

Quise ponerme a trabajar un poco antes de empezar la universidad, algo de dinero nunca está mal y más cuando se vienen los gastos continuos en trabajos y guías de estudio, sí, estoy segura de haber tomado una buena decisión. Aunque mi otra yo, la floja para ser exacta, no estaba contenta con esa decisión, tenía que acostumbrarse.

—Buenas tardes ¿en que desean que las ayude? —me dirigí al par de chicas con voz formal y una sonrisa, así tenía que hacerlo siempre, aunque ellas solo me ignoraron.

—Voy a estar cerca por si necesitan ayuda —volví a dirigirme a ellas de la misma forma y volvieron a ignorarme. Detestaba a las personas mal educadas, ¿acaso les costaba tanto decir "oh gracias, solo estamos viendo (si así fuera el caso)" o simplemente un "oh gracias, si necesitamos tu ayuda te buscamos"? muchas veces no decían nada, nada de nada.

Me quede ahí unos segundos pendiente de ellas por si necesitaban algo de ayuda hasta que una señora me dirigió la palabra.

—Disculpe señorita ¿me podría ayudar a escoger unas camisas para mi nieto? Tiene 12 años y ya sabes cómo son los muchachos de hoy en día —dijo de una manera muy dulce y con una sonrisa, yo solo asentí dedicándole una sonrisa mientras ella continuaba hablando—, yo la verdad no sé muy bien que está de moda para ellos en estos tiempos.

—La ayudare a escoger una buena camisa para que su nieto se sorprenda. —Le guiñe un ojo.

Luego de atender a la señora y a un par de clientes más, me di cuenta de lo mucho que hablaba la gente sobre la familia real y un desfile que ocurriría mañana alrededor de las 5:30pm, porque entre cotilleo y cotilleo te enteras de todo, o bueno casi todo, ya que la mitad puede ser mentira.

Te estarás preguntando ¿una Familia Real? Pues damas y caballeros, sí, vivo en Skyperhill, una nación gobernada por Reyes, nada fuera de lo normal. Aquí si existen los príncipes, pero no son como en los cuentos; Noel y Gael McGarrett son algo pretenciosos, quizás arrogantes y con caras de pocos amigos, cuando los ves sonriendo solo es por mantener una imagen. Siempre me he preguntando cómo será la vida de la familia real fuera de los lujos, como por ejemplo su relación familiar.

No les voy a mentir pero cuando era pequeña me llegaron a llamar la atención ¿Qué niña no fantasea con un príncipe?

Que además de ser príncipes, son muy guapos ¿qué más se podía pedir?

Que se fijen en uno.

Ya ha pasado mucho tiempo de mi "amor por los príncipes", aunque mi relación con los chicos normales hoy en día tampoco es que iba muy bien que se diga, sonara tonto pero estaba en busca de un amor verdadero.

Hace unos meses atrás había conocido a Mathias, un chico que trabaja medio tiempo en un restaurante que queda a una cuadra de mi trabajo. Nos conocimos un día lluvioso mientras esperábamos el autobús, los días siguientes solíamos cruzarnos cuando íbamos camino a nuestros respectivos trabajos, intercambiamos números, mensajes y llamadas, un par de salidas con y sin amigos. Todo iba bien, conociéndonos mejor cada día, porque si algo había aprendido de la vida es que 1-no puedes forzar al amor y 2-no siempre conoces a las personas en su cien por ciento, esperaba que esta última no se aplicara tanto esta vez.