♛Capítulo 6

51 9 3
                                    

Gael estaba ahí luciendo tan fresco pero con una actitud de autoridad que ni el mismísimo viento podría arrebatarle. Para responder su pregunta lo único que pude hacer fue asentir.

—Me alegro volver a verla señorita... —tomo mi mano en presentación mientras me miraba como si buscara alguna respuesta. Me tomo un segundo en darme cuenta que quería saber mi nombre.

—Amelia. —sonreí y repetí mi nombre junto a una reverencia, seguro la reverencia estaba de más— Me llamo Amelia, mucho gusto.

—Mucho gusto Amelia. —por educación se presento también— Soy Gael, Gael Harrington.

—Lo sé —dije ocultando una sonrisa. Me daba gracia que se presentara cuando estaba más que claro que todos lo conocían.

—Creo que deberíamos entrar y hablar. —empezó a caminar a la entrada.

El lugar me absorbía, era precioso por donde lo miraras y la casa, vaya que sí por fuera llamaba la atención por dentro ni hablar, las paredes eran blancas y una que otra de un gris claro, piso de madera, su decoración era sencilla con un par de cuadros ya que la vista que entraba por esos enormes ventanales era preciosa, todo parecía brillar. Decir que me sentía ajena a ese lugar era quedarme corta.

—Puedes tomar asiento—dijo sonriendo mientras se sentaba muy cómodo en un enorme sofá.

—Vale... Por cierto ¿Cómo quieres que te ayude exactamente? —pregunte yendo al grano mientras me sentaba en el sofá que quedaba cerca de él.

—Quiero poder salir y divertirme sin que nadie sepa que soy yo, ya sabes, sin tener a alguien de la prensa acechándome y que me tomen foto apenas haga un movimiento. En pocas palabras quiero unos días libres de ser príncipe o al menos tener algo de normalidad en mi vida.

—Está bien... ¿y cómo piensas lograr eso?

—Ahí es donde entras tú. Necesito ideas factibles que logren eso. —no pude evitarme reírme.

—Así que quieres salir y divertirte como cualquier persona...—hice como si estuviera pensándolo mucho— ¿Qué te parece una cirugía facial para que no te reconozcan? —su expresión fue tan "¿Qué mierdas dices?" que no pude evitar soltar una carcajada.

—Sí, eso absolutamente no. Otra idea por favor—hizo un movimiento con su mano para que le diera otra idea.

—Fue broma Gael —puse los ojos en blanco y por un momento olvide que estaba con el Príncipe— digo, su alteza.

—Puedes decirme Gael, a fin y al cabo quiero ser tratado normal ¿lo recuerdas? —asentí.

—Imaginando que ya has intentado antes pasar desapercibido ¿qué hiciste para llevar a cabo eso?

—Todo el tiempo intento pasar desapercibido, normalmente suelo salir con chaquetas, lentes y algún gorro. La última vez casi funciona de no ser porque reconocieron a mi acompañante.

—¿Chaquetas, lentes y gorro? Sí, eso a veces no nos hace pasar muy desapercibido—dije bromeando.

—La cirugía facial quedo tachada apenas la mencionaste. —bromeo.

—Creo que una buena peluca, unos lentes de contacto de un color diferente al de tus ojos más unos lentes de lectura, otro atuendo menos formal—señale su ropa—tal vez puede funcionar. —el pareció pensarlo un rato.

—¿crees que funcione?

—Dije Tal vez, no estoy segura ¿pero que perdemos al intentarlo? —él asintió.

—¿Crees poder comprarlo todo? es que si lo compro yo sería muy obvio aparte que solo Marco y Federico son los únicos que saben de esto y no creo que sean los más indicados para comprar todo eso. Claro que luego te pago todo lo que gastes.

Príncipe de RepuestoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora