♛Capítulo 4

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La casa está sola y eso solo significa una cosa, fiesta. Claro está que eso pasaría si fuera una amante de las fiestas, y por desgracia no lo soy, pero sí que me gustan las charlas hasta tarde.

—¡Hey hey my friend!

—Hellooo my friend

—¿Que estabas haciendo que me hiciste marcar 2 veces?

—Que no estaba haciendo que te hice marcar 2 veces—eli soltó una risita.

—Ohhh okay.

—Leía el libro que me recomendaste hace tiempo.

—Te aseguro que vas a quedar locamente enamorada del protagonista.

—No tienes que decirlo, ya estoy planeando la boda.

—Lo siento, es mi hombre.

—Lo siento, ya compartiste libro y ahora tendrás que hacerlo con él.

—Lo que sea. —blanquee los ojos a pesar de saber que no me estaba viendo— Tengo que contarte que paso hoy en la tienda, estoy segura que vas a alucinar.

—¡Suéltalo ya!

—Mejor ven.

—Estoy muy cómoda.

—Te aseguro que vas a alucinar.

—Ya la curiosidad se está apoderando de mí. Llego en un rato.

—Por cierto mis padres salieron, seria un lindo gesto que me traigas algo de comer.

Palabras al viento, o mejor dicho palabras a la línea vacía. Eli tiene esa mala costumbre de dejarme hablando sola por teléfono, ojala si me haya escuchado y traiga algo rico para comer pero como dice el refrán más vale prevenir que lamentar, ¡Así que ha cocinar se ha dicho!

Ya que mis padres salieron puedo prepararme cualquier cosa para comer. Pastelitos sean bienvenidos, rápidos y ricos.

Al cabo de 5 min luego de haber comido Eli llama a la puerta. Tan delicada como siempre, que termina haciéndome creer que va a tumbar la puerta.

—Ya debería ser hora de que me entregues una copia de la llave, esto de llamar a cada rato es agotador—entro dirigiéndose al sofá más cercano para tirarse en el de la manera más dramática.

—Debería, lo has dicho.

—Ya que estoy aquí, suéltalo de una vez compadre. Y no me digas que adivine porque he pensando en mil cosas desde que me hablaste por teléfono.

—¿Compadre?

—Solo sonaba bien al decir—rió.

—Pues...—alargue.

—Deja el misterio chica, que me pones ansiosa.

—Es el punto—reí. Eli solo me fulmino con la mirada—Gael fue a comprar a la tienda hoy y si, fue muy raro—solté rápidamente.

—¿Gael? ¿Gael McGarrett?—asentí sin más— no me lo creo.

—Te dije que ibas a alucinar.

Y así fue pasando el tiempo mientras le contaba a eli todo (con detalles incluidos) desde que Gael puso un pie en la tienda hasta lo que ocurrió en la plaza. Luego de muchos "¿Qué?" "No puede ser" "Ay Dios mío" "No me lo creo" por parte de eli, vuelve a mantener una conversación normal conmigo.

—Qué raro que vaya a una tienda tan común y corriente, digo, teniendo tantas tiendas de lujos a su disposición.

—Lo mismo me pregunto.

Príncipe de RepuestoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora