VIII. Chocolate caliente.

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Sentimos mucho si alguien se siente ofendido(a) por el contenido aquí expuesto.

Advertencia: cofcoflemoncofcof

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Soplas y soplas un poco más aquel chocolate caliente que tienes entre tus manos, das un pequeño sorbo y sientes tu lengua quemándose.

holy shit! My fuckin tongue!

— cuidado gordo, está caliente– el moreno recibió una mirada enojada— no me mires así, yo te advertí sobre eso.

too late– dejó la taza a un lado.

— pero lo hice– siguió bebiendo su chocolatito aún sin mirar al estadounidense.

— mhn cómo es qué tú puedes beber sin quemarte?– preguntó curioso el oji-celeste, poniendo una mano en su mentón.

—... Aveces compro café en el OXXO– sonrió— ya soy inmune jeje– rió un poco por su chiste, el rubio lo miró desentendido— olvídalo, luego te llevó a comprarte uno.

Alejandro dejó de sonreír y retomó a beber su chocolate, su vista se enfocó en la televisión. Estaban pasando las típicas películas de navidad, volteó un poco su vista hasta su cónyuge y miró como este estaba muy centrado en la película, se acomodó un poco para que sus piernas se subieran en el sillón donde estaba.

are you cold? Darling– el moreno negó— no mientas, te miré temblar.

— Fue tu imaginación loco– le dio otro escalofrío— oh mierd*

No le dio tiempo para terminar sus maldiciones cuando ya tenía al güero encima de él aplastándolo en un abrazo de oso.

— ves como si tienes frío pero, no te preocupes I will be your hero– lo apretó más entre sus brazos.

— y-ya suéltame idiota, me asfixias– Alfred lo soltó un poco para que este respirara— de verás que eres un pesado, ni mi chocolate dejaste acabarme.

— era necesario actuar rápido, así ya no estás en peligro de resfriarte.

— si pero no te pases cabron– dejo la taza junto con la de Jones— además es difícil que yo me enferme por un simple escalofrío.

— si eso ya lo sé, eres bastante resistente y la última vez que pasó fuiste con el doctor porque yo te llevé...

— pero no estaba tan mal...

— No hay peros Alex, si ya hasta alucinabas– el mexicano negó con la mirada— hahahaha los mexicanos y su gran preocupación por la salud, van al médico cuando ya se están muriendo.

— eso no es tan cierto.

Se cruzó de brazos y miró molesto al más alto, él solo le sonreía burlón. Dejaron su pequeña pelea y continuaron viendo la tele.

...

Afuera de la casa, la lluvia caía sin más, no era tan fuerte pero valla que mojaba la tierra y que decir del frío, los dedos de los pies sabían sobre eso.

...

La película al fin había concluido, con las típicas enseñanzas de siempre que a fin de cuentas a nadie le interesaba mucho.
El mexicano estiró su cuerpo y bostezo, le aburría mirar siempre lo mismo; el rubio por otro lado dormía plácidamente con un poco de baba cayendo a un costado de su labio inferior.
Alejandro volteó a verlo y frunció el ceño, le dio un coscorrón bien dado en la cabeza.

— eres un pendej*– Jones dio un salto y se sobo adolorido.

w-what, why?– se limpió la baba con una mano libre— así no se despierta a las personas Ale–. El estadounidense hizo un puchero e infló sus cachetes.

Él es México, mi esposa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora