Capítulo 53

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No lo sentí, no lo sabía, después de haberlo deseado por mucho tiempo, ya había llegado el final.

Sentí las punzadas en mi brazo, como si alguien me estuviera tocando con un palo de hierro, el aire se colo entre mi ropa que extrañamente se encuentra humeda, abrí los ojos pero los cerré rápidamente cuando la luz de un auto me segó y alguien rio por eso, lo volví a intentar, entonces la mire, por primera vez o tal vez no, ya la había mirado, claro que sí. La he visto en mi reflejo en el espejo todos los días, entonces ella sonríe.

Mi cara de asombro debe de ser toda una obra de arte.

-Al fin despiertas bella durmiente-Dice levantándose del barril para tomar una botella de agua.

No digo nada, ella se acerca a mí y yo solo quiero huir de ella, para mi desgracia estoy estada a una silla. Ella pone el borde de la botella en mis labios esperando a que yo haga lo mío y beba el agua. Eso hago pero rápidamente lo devuelvo sobre ella.

Ella hace una mueca de disgusto y se seca la cara con su camisa de cuadros rojos. Ella me mira con una sonrisa, entonces levanta el palo de hierro y me golpea el brazo derecho haciendo un corte con el pico.

Suelto un quejido y su sonrisa se agranda.

-¿No estas feliz de conocerme?-Pregunta con sarcasmo.

Mueve el barril para sentarse frente a mí pero con una distancia considerable.

-Oh, ya se. Estas sorprendida por que soy tu-Dice con entusiasmo.

-Jodete-Digo en un quejido.

Ella asiente y se levanta la sigo con la mirada, saca una varilla de las que le meten a la chimenea para mover la leña, ella se acerca con malicia y pone la punta ardiente en mi brazo izquierdo, chillo mientras me aferro fuertemente de la silla, la quita y ahora la pone en el derecho. Cuando se detiene miro mis brazos, las lágrimas me impiden ver así que levanto la mirada hacia Ella.

-Querida, quiero que prestes atención, porque te voy a decir por qué estás aquí, mira que soy buena y no quiero matarte sin que sepas porque te estancaste y moriste por ti misma-Dice y camina hasta el barril donde está el fuego y deja la varilla.

Seguro seguirá quemándome luego. Vuelve y se sienta en el barril acomodando las mangas de su camisa.

-Me sorprende lo que la cirugía puede hacer, pero más lo que una demente es capaz de hacer-Digo y ella vuelve a levantar el palo de hierro.

Se levanta para agacharse frente a mí, rompe mi pantalón y sin piedad me hace un corte en el muslo. Me retuerzo entre la soga, el dolor es insoportable, jadeo y levanto la mirada nuevamente, ya está sentada y lista para contarme su cuento antes de mandarme a dormir para siempre.

-Hubiese comprado las palomitas pero la estúpida de Kendall no me dio tiempo, al instante toda la policía Inglesa estaba alertada de tu secuestro por esa castaña hueca-Se queja y se nota el desprecio que le tiene-.Bueno, ¿lista princesita?-Pregunta.

-Nunca me preguntaste si quería esto o no, ¿ahora qué importa?.

-Me gusta-Dice asintiendo en aprobación.

Suelto un chillido cuando algo me acalambra.

-Con cuidado Selena, hay cables en tu cuello-Dice sínica.

-Me vas a matar antes de poder saber tu historia-Mascullo.

-Sabes estar en este barril es incómodo, más si te voy a contar una historia demasiado larga.

Quiero quejarme, pero sé que eso no me traerá nada bueno, se levanta y camina hasta una puerta, saca una silla y quita el barril para poner la silla ahí, se sienta y me da una mirada que no logro comprender.

PerfecciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora