El [regreso]©

#0: Mis pésames. [Epílogo]

Stiles jadeó agitado al verse acorralado por Derek contra la pared de su departamento. Se negaba a entrar, aún tenía un poco de orgullo y pensaba hacer uso de eso. Derek estaba cansado, había caminado cuadras y cuadras desde la cafetería hasta el edificio y todo con Stiles encima porque fue demasiado gruñón como para bajarle, pero lo hizo frente al edificio y el ojimiel aprovechó para correr los cuatro pisos de escaleras cuesta arriba enervando más al pobre del pelinegro quien ya tenía el corazón bastante acelerado.

Una vez en el piso del loft, Stiles quiso buscar alguna otra salida pero Derek lo acorraló entre su cuerpo y la pared dificultándole éste deseo de escapar.

-Puedes correr todo lo que quieras...- comenzó a decir, lento, sensual y muy intrigante. Tanto que incluso cortó el aliento de Stiles. –O puedes aceptar tu destino...- Stiles cometió el error de desviar su mirada a los labios del mayor, que prácticamente se encontraban rozando los suyos –A mí...-

El corazón del castaño se estrelló con fuerza contra sus costillas al sentir la mano del mayor en su cuello, su piel estaba completamente erizada y deseosa de sentirle más.

Vio a Derek dudar un segundo y esperó, pero pese a cualquier duda que tuviera, pese a cualquier consecuencia o miedo que podía causarle la cercanía que tenían, tiró de él estrellando sus cuerpos y capturando su boca con cierta violencia.

Stiles jadeó en medio del beso con sorpresa, quizás por el ímpetu del mayor o por la manera casi furiosa que tuvo al iniciar todo. Aquella cercanía que ambos tanto anhelaban. Sin embargo no se opuso, claro que no, no iba a detener algo que él tanto quería.

Sintió a Derek buscar sus manos y forcejeó sabiendo perfectamente qué quería hacer, más no pudo contra él y sonrió cuando éste bloqueó sus muñecas por encima de su cabeza. La mano libre de Derek viajó por su cuerpo, atravesando su cintura y rodeándola sosteniéndole por encima de las nalgas para acercar más su pelvis a la suya. Ya no se estaban besando, sus labios estaban a centímetros de distancia y sus respiraciones chocaban entre sí pero ya no se besaban, simplemente disfrutaban del roce y el contacto.

Stiles tuvo sus manos liberadas y antes de hacer cualquier otro movimiento, las envió al cuello de Derek rodeándole y uniendo sus pechos lo máximo posible, el deseo comenzaba a ser doloroso para ambos y, hicieran lo que hicieran, se encontraban atrapados el uno en el otro.

-Vamos adentro...- murmuró Derek junto con un jadeo mientras hundía su boca en el cuello del castaño.

Sus manos decidieron hacer un pequeño viaje hasta sus muslos y se colocaron bajo cada nalga haciendo presión de nuevo y robándole un gemidito a Stiles quien al sentir la dureza de su sexo apretó los ojos extasiado. Era exactamente lo que le encantaba de Derek, la forma en la que le ponía con tan poco.

-¿Estás listo para llevarme dentro?- preguntó suspirando y clavando sus dedos en los hombros del moreno.

Quería más, en ese mismo momento.

-Estoy listo para llevarte al altar Stilinski...-

-Al altar...- siseó él divertido –No hace falta que lleguemos tan lejos- opinó

-Te equivocas- Stiles vio a Derek apartarse unos centímetros, de su rostro, no de su cuerpo, y le miró fijamente estremeciéndose por la intensidad de su mirada. Liberó sus nalgas y subió sus manos a su cuello pasando el dedo pulgar por su mandíbula –De ahora en más, nada de lo que diga es equivocado Stiles, cualquier cosa que salga por mi boca es exactamente lo que deseo...y entre ellos está llevarte al altar-

Stiles contuvo una exclamación y luego cerró los ojos negando y dándole un golpe sin fuerzas en el pecho.

-Si estás mintiendo Hale...-murmuró