Todo lo malo que hay en mi (sterek saga #1)

Chapter 1: demasiado tarde

"por favor no" - Stiles se repetía ese pensamiento, mientras aceleraba en su jeep.

Hacia tan solo 10 minutos que había recibido la llamada del ayudante de su padre, el cual parecía contener lagrimas.

- Ha ocurrido algo Stiles - la voz sonaba muy entrecortada por el teléfono.

Apenas miraba la carretera mientras aceleraba y cogía una curva, casi chocando de frente con una furgoneta del otro sentido.

No podía parar, - "no, por favor" - hacia tan solo 48 horas había descubierto que Derek había muerto, si, el alfa con cara de "odio a la gente de normal, pero tú te llevas la palma" el mismo alfa que le había salvado la vida tantas veces, y al cual el había salvado otras tantas, estaba muerto.

luego tuvo que ayudar a Scott a pasar por el mal trago, aun cuando él también se sentía mal, debido a que su amigo tenía una crisis de conciencia y no podía curarse. Solo por eso se obligó a ser fuerte y quedarse a su lado, y justo ahora que tenía pensado detenerse y pensar en el hecho de que Derek había muerto, recibe esa llamada.

Aparcó justo enfrente del hospital, viendo al bajarse a Isaac y a Boyd sentados en la entrada, que al verle aparecer, se levantaron para intentar pararle, mientras el castaño se zafaba.

- ¿Dónde está? - preguntó sin mirarles apartándoles las manos.

- Está en la cuarta planta, la habitación 412. Pero tienes que tranquilizarte, esto es lo que ellos quieren. - Isaac intentaba razonar con él, mientras Boyd se hacía a un lado.

- La 412, ¡aparta! - gritó Stiles corriendo al ascensor.

- ¡Stiles! - los betas no dieron crédito a que se les escurriera, pero ya no importaba las puertas del elevador se cerraron en sus narices.

Al abrirse las puertas, pasaron muchas cosas, Lydia y Allison se levantaron de sus asientos mirándole con pena, Scott y su madre, que estaban hablando, se detuvieron, el primero le abrazó mientras unos cuantos compañeros de su padre se acercaban a él.

- Stiles, tranquilo. - Scott le decía al oído sin soltarle.

Ya no podía contener más las lágrimas; apartó a Scott a un lado y se dirigió a la ventana donde los ayudantes de su padre estaban mirando antes de girarse.

"NO" - el chico abrió la puerta que estaba a su derecha para entrar en la habitación.

Ahí lo vio, tumbado, con cables conectados a su cuerpo, intubado y con una venda que cubría la mitad de su rostro. Su padre.

Notó las lagrimas caer, y se lanzó sobre la cama sollozando, escuchó movimiento a su alrededor, pero nadie le tocaba.