Todo lo malo que hay en mi (sterek saga #1)

Chapter 19: donde cae la tormenta

Melissa caminaba por el pasillo del hospital, llevaba varias horas de guardia, las cuales parecían horas por la impaciencia. No sabía nada de Scott y los demás desde hacía mucho.

Llegando a la entrada del hospital, vio los pocos pacientes que habían – “que suerte” – pensó.

Hoy en el turno de noche había muy poco personal, al ser de madrugada no le sorprendió ver al chico de recepción durmiéndose.

-          ¡Steve! – le recrimino al chico que pego un bote en la silla.

-          Estoy despierto, estoy despierto – repetía mirando a todos lados.

-          Seguro – Melissa comprobó su móvil en busca de llamadas o noticias de Scott. O cualquiera.  Al mirar la pantalla pudo leer que estaba fuera de cobertura. – oye Steve, ¿tú tienes cobertura?

-          Pues… - aun adormilado saco su móvil y lo comprobó. – no.

-          Qué raro. – dijo mientras el penúltimo paciente era atendido.

-          Debe ser a causa de la tormenta. – dijo bostezando.

-          ¿tormenta? – instintivamente Melissa miro hacia la entrada, viendo un torrente de agua caer del cielo. – pero ¿Cuándo…

-          Empezó hace un rato… creo que justo antes de dormirme. – explico. - ¿Qué le voy a hacer? El mal tiempo me da sueño. Además hoy es una noche tranquila en este pabellón.

-          Si… - Melissa no le prestaba mucha atención a lo que decía, hipnotizada por el sonido de la lluvia y la luz de los rayos. La voz de Steve hablándole le hizo volver en sí – perdona. ¿decías?

-          Veo que no soy el único dormido aquí – sonrió – te decía que si necesitas llamar, puedes usar el teléfono fijo, no creo que falle, la línea va por vía subterránea para emergencias. – Melissa lo medito.

-          No se… - miro su teléfono.

-          Yo lo haría – levanto el auricular Steve y se lo acerco, la mujer lo cogió y asintió. Agarrando el teléfono marco el número de Scott. Mientras para darle intimidad, Steve se acerco a la mujer con su hija, que esperaban al médico. – hola, buenas noches. El doctor tardara al menos un rato en atenderla, pero si les parece bien, yo podría ir haciéndole el chequeo. – la mujer asintió y se fueron a una consulta.

Melissa sonrió, puede que el chico fuera joven y dormilón, pero sin duda era bueno en su trabajo. Sonaba el cuarto tono cuando Scott descolgó.

-          ¿mama? – Scott parecía agitado - ¿Qué pasa?

-          Scott hijo – Melissa sintió el vello de su nuca erizarse. Oír la voz de su hijo la tranquilizo, pero la ansiedad en está, hizo lo contrario. – ¿Cómo ha ido?

-          Hemos fallado. – sonaba apenado y a la vez distraído, de fondo se oía el motor de un coche.

-          Scott… ¿Qué está pasando? – Melissa bajo la voz mientras comenzaba a respirar. - ¿Qué ha pasado?

-          No estoy seguro. – parecía ido.

-          ¡Scott! – le recrimino su madre. – hijo háblame.