7. Beso

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Cuando se dio cuenta, sus labios eran reclamados por su acompañante y el libro entre sus manos se deslizaba sin que pudiera evitarlo, ¿qué estaba pasando?

Fue un gesto inocente, que duró apenas unos segundos, pero fue suficiente para que Midoriya olvidara todo lo que estaba pasando a su alrededor, sus ojos estaban abiertos y su cuerpo paralizado no podía hacer lo que su mente le pedía, para empezar porque su mente había quedado en blanco y no podía procesar con claridad lo que estaba pasando, se sintió como una eternidad...una eternidad en el cielo, tal vez.

Se separaron justo a tiempo para que Shouto tomara el libro que estaba a nada de caer derecho al lago, Izuku parecía ausente y no se daba cuenta de absolutamente nada, cosa que le pareció aún más adorable...todo lo que tuviera que ver con Midoriya le parecía terriblemente adorable.

— ¿Izuku? —preguntó, quitándole los lentes con cuidado, para dejarlos de lado junto con el libro.

La mano del pecoso viajo a su boca, podía notar en sus dedos lo mucho que temblaba y no supo si era el frío o lo que había hecho. Tragó saliva, de forma disimulada y buscó su otra mano, ahí estaba su maldita oportunidad y si seguía debatiéndose entre confesarse o no la perdería para no volver a tenerla, probablemente.

—Izuku, dime algo, por favor —casi suplicó, buscando sus ojos.

— ¿Por qué? —su voz sonó más aguda de lo que era normalmente, casi en un murmullo, llena de confusión y nerviosismo.

Shouto suspiró, incapaz de contenerse, de nuevo pensaba que todo lo que el muchacho hiciera era hermoso, incluso si lo estaba rechazando.

— ¿Por qué te besé? —preguntó completando su cuestión.

Asintió, cubriendo su boca, sus ojos brillaban mientras buscaban una respuesta en la mirada heterocroma del mago de fuego y hielo. La esperanza que reflejaban haría caer a cualquiera y Shouto entendía bien que tuviera tantos pretendientes.

—Creí que era obvio —buscó su mano, la que cubría sus hermosos labios, para acortar lo más que podía la distancia—. Me gustas, mucho —confesó, aunque sentía que su corazón se le saldría del pecho y el fuego de su lado izquierdo se saldría de control—, estoy enamorado de ti desde la competencia al inicio del semestre.

—Eso es mucho tiempo —dijo lo único que pasó por su mente, se sentía incapaz de pensar algo más coherente.

—Lo es —uso su mano izquierda para calentar las del muchacho que estaban heladas—. Y creí que estabas actuando extraño conmigo porque ya te habías dado cuenta.

Izuku de nuevo sintió el impulso de tirarse de cabeza al hielo, si hubiera hecho caso al primer consejo de su amiga, se habría dado cuenta de que era correspondido.

—Eran ideas para... —su rostro se puso rojo, inevitablemente, ¿por qué Shouto hacía que todo se viera sencillo?, su corazón se le atoraba en la garganta de sólo pensar en confesarse.

— ¿Izuku? —le llamó para intentar apremiarlo a que continuara su oración, estaban tan cerca que el aroma a castañas del muchacho le hacía sonreír sin siquiera notarlo.

El pecoso tragó saliva, escucharle decir su nombre como si nada le iba a provocar un ataque.

—También tú —fue lo único que atinó a decir, sin tartamudear ni balbucear, entonces los nervios lo atacaron y no pudo evitar hablar con prisas, tratando de explicarse—. Me gustas desde la competencia también, pero tenía miedo a decirlo porque tu padre me odia y no sabía si eso te supondría más problemas, además como apenas hablamos se me hizo extraño que me confesara de la nada, no pensé que me consideraras si quiera tu amigo, todos siempre se quejan de mí y yo...

Silencio, sintió una caricia cálida en su cabello y alzó la vista para encontrarse con la mirada del muchacho bicolor, ese tacto se sentía bien, amoroso, reconfortante, como si con sólo pasar la mano por su maraña azabache y verde pudiera quitarle todo lo que le preocupaba de encima.

—Te quiero, es todo lo que me importa, más ahora que sé que tú me quieres —le confesó, sin detener las caricias en su cabello.

—Eso... se siente bien, Todoroki —murmuró cerrando los ojos y esbozando una sonrisa.

— ¿Todoroki? —sonrió, molestarlo también era algo que disfrutaba bastante—, ¿no quieres ser mi novio?

Abrió los ojos, lleno de nerviosismo de nuevo de nuevo y con las orejas rojas de nueva cuenta, Shouto comenzaba a diferenciar el rojo por su vergüenza del causado por el frío.

—S-sí, sí quiero.

—Entonces necesitas llamarme por mi nombre.

Izuku negó, bajando la mirada, no podía esconderse tras sus manos porque no quería alejarlas de las del otro.

—Por favor.

—E-es que... no somos...

—Si me dices que no somos iguales, iré a congelarle la barba a mi padre.

Midoriya soltó una risita y mordió su labio para tratar de calmarse, pero la sola idea le provocaba bastante gracia.

—Tu familia ha sido de magos grandiosos por generaciones y yo...

—Tú eres un mago increíble, si vuelvo a escuchar que hablas mal de ti tendré que pedirle a Uraraka que pelee contigo.

Volvió a reír, él tenía esa facilidad para hacerle olvidar todo lo que le preocupaba, justo como su amiga, ellos dos eran las personas más especiales en su vida.

— ¿Te enteraste?

—Lo gritó, era imposible no enterarme.

Izuku se mordió el labio inferior y, armándose de todo el valor que tenía, se inclinó para recargar la cabeza en el hombro del muchacho. Esta vez fue el turno del bicolor de quedarse congelado, debía calmarse o podría quemar al pecoso.

—Te quiero, Shouto.

Hubo un pequeño silencio y luego Izuku se dio cuenta que su novio estaba en llamas, tenía todo el brazo encendido y parecía perdido en sus pensamientos.

— ¡Ah! ¡Shouto!

El grito llamó la atención del profesor Aizawa y de Ochako quienes corrieron hasta ellos mientras Midoriya trataba de apagarlo. Excelente forma de empezar una relación.

 Excelente forma de empezar una relación

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Hey y'all!

Aquí Rave con el cap final! Espero que les guste uwu tengo un extra más para ustedes~ qué tal vez suba mañana, les gustará uwu

Mil gracias por leer, votar y comentar!
Lof, smooches y galletitas

Rae Septoxic

In the middleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora