6. Lago

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Izuku pasó la página del libro y suspiró, la verdad no estaba poniendo atención a nada de lo que leía porque su cabeza daba mil vueltas al mismo asunto. Tres personas se le habían declarado de un momento a otro y según su mejor amiga le gustaba a otra persona más, no quería ser grosero ni lastimarles, tenía que buscar la manera más sutil y amable de hacerles entender que no iría al baile de navidad con ellos...con nadie en realidad, a esas alturas planeaba ir a dormir luego de la gran cena, no quería ver a Todoroki con quien fuera su pareja.
Volvió a suspirar, cerrando el libro, su cabeza daba mil vueltas a un asunto que seguramente en el futuro vería como algo sin importancia, un incidente de niños o adolescentes, ¿por qué se complicaba la vida por un estúpido baile?, él ni siquiera sabía bailar -admitía que su madre quiso enseñarle y él se sintió tan avergonzado de haberla pisado que jamás volvió a intentar-. Encogió las piernas mientras veía a su amiga hablar algo con el profesor Aizawa, la estaba regañando por la forma en que ella se encogía y asentía sin intenciones notorias de protestar. Esbozó una leve sonrisa y abrazó sus piernas, el aire frío le hacía sentir un poco reconfortado.

—Te doy una moneda por tus pensamientos.

No pudo evitar brincar en su lugar, volteando con prisa para saber quien le llamaba mientras trataba de no tirar el libro o sus lentes al congelado lago. Shouto sonrió apenas y se sentó a su lado, sus pies colgaron cuando se acomodó en el muelle, Uraraka a lo lejos aún era regañada.

— ¿Quieres tu moneda? —preguntó, inclinándose levemente para verlo.

Izuku trataba con todas sus fuerzas de esconderse detrás del tomo de Animales fantásticos, sus mejillas estaban rojas, su nariz y hasta sus orejas, no quería que lo notara, aunque bien podía excusarse diciendo que era el frío.

—No lo sé —el murmullo del pecoso apenas y se escuchó, si hubieran estado en el gran comedor probablemente se habría perdido la respuesta en el bullicio normal—, ¿quieres mis pensamientos?

Todoroki no parecía tener intención de alejar la vista del muchacho, su mirada era intensa y Midoriya estaba seguro de que podía ver a través de él, incluso si no lo veía directamente a los ojos.

—Depende —respondió al fin, luego de una gran pausa que sólo le había puesto los nervios de punta al otro—, ¿me los darás todos? ¿Eso cuánto me costará?

—No se para qué los querrías todos, Todoroki, mi cabeza no es muy interesante —relajó un poco su postura, acomodándose los lentes y sosteniendo con firmeza el libro para bajar las piernas nuevamente—. Aunque si necesitas ayuda con una tarea puedo hacerlo gratis.

Shouto volvió a quedarse callado por un largo rato, era como si pensara hasta cuatro veces lo que le quería decir a Izuku, lo que ponía más nervioso al último, ¿por qué las conversaciones con él siempre eran así? ¿Acaso era otra señal de que no podían estar juntos?

—Mi tarea está hecha, en realidad creía que podía tener otro tipo de pensamientos tuyos.

— ¿Eh? —la pregunta salió sola, no había entendido nada de esa frase, quería saber a qué se refería, pero no sabía exactamente que preguntar.

— ¿Qué pensabas cuando llegue? —preguntó finalmente, no había querido ser tan directo, pero Izuku era tan inocente y distraído que seguramente no había notado su presencia desde que llegó, hace bastante rato ya.

—Ah —bajo la cabeza y se pasó una mano por el cabello rebelde—, pensaba en todo lo que ha pasado con Kirishima, Kaminari y Kacchan.

Hizo una mueca, de pronto quiso decir lo que cruzo su mente, pero tuvo que recordarse de morder su lengua. No somos nada, era el mantra que se repetía sin parar.

In the middleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora