¡Cállate! Deja de gritar.
¡Tú, deja de gritarme!
Su mirada de odio me duele, la miro de vuelta de la misma forma.
Ella me odia. Yo la odio.
No escucha. No quiere.
Si pudiera oírme. Si pudiera escucharme.
Pero no. No escucha. No quiere. No me importa.
¡Ándate a la mierda! No debiste tenerme si me ibas a tratar así.
¡Ándate a tu pieza! Antes que me acrimine.
Mátame, a lo mejor así estás más feliz.
El baño acoge mi llanto.
El lápiz de ojos que compré no sirve, trato inútilmente de hacer una puta línea sobre mis parpados. No me sale.
¡Espérate! Ya salgo.
¡Sale ahora! Llevas media hora en el baño. Hay gente que quiere entrar.
Me grita sin considerar que si no me hago la maldita raya en el ojo, no seré yo.
¡Ya salgo! ¡Espérate!-le grito enojada por su impaciencia y falta de consideración.
Respétame soy tu mamá ¿Cómo que espérate? Demórate un poquito y trátame con respeto.
La escucho gritarme atraves de la puerta.
¿Será tonta? cree que tiene arreglo. Cree que me importa. Es fea sin remedio.
¡Haz tu cama! Me vuelve a gritar, mientras me da un empujón y se encierra en el baño a fumar y a mirar su teléfono.
A sus espaldas le levanto el dedo medio.
Mi mochila y yo damos un portazo.
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Ella está sola, negro.
Short StoryEs una niña y está sola. Quiere morir y a nadie parece importarle.
