Mi cama está tibia y suave. Siento como mis lágrimas se deslizan mojando la almohada.me gustaría que la vida fuera así. Suave y tibia como mi cama. pero la vida es una perra, siempre te muerde.
Me tapo la cabeza y lloro.
Siento a lo lejos como se mueve por la cocina. ale conozco los pasos. El peso de su andar , sus movimientos. De seguro se prepara algo. Es tarde.
Entra en mi habitación y me dice que vaya a comer.
No quiero comer. No quiero estar junto a ella.
Levántate -me ordena- Y se va dando otro portazo.
¿Por qué me trata así? Se arrepiente de haberme tenido. Se le nota.No puede disimularlo.
No soy una persona fácil. Tengo defectos. Pero soy su hija. Y se supone que los padres deben ayudar a sus hijos.
Me compadezco de ella. Creo que debe ser muy difícil criar a alguien como yo.
Voy al comedor. No quiero seguir peleando. No tengo fuerzas. Mis brazos y piernas se sienten como trapo.
Come -me ordena-
Pone delante de mí un plato de arroz con pollo.
Como sin saborear nada. El hambre que me amenazaba se ha esfumado.
A pesar de haber llorado mucho, siento dolor y las lágrimas luchan por salir, pero me contengo.
Tengo rabia de que me vea así, derrotada.
Ella también come.
¿Quieres té? -me pregunta.
Le digo que no moviendo la cabeza. me extraña que se preocupe. Debe sentirse culpable por haberme dejado sola.
Ayer no pude llegar-explica- el Carlos chocó y tuvimos que ir a la policía.
Trata inútilmente de explicarme su falta de preocupación por mí, como si yo le fuera a creer algo de lo que me dice.
Pasamos la noche en la comisaría-continúa con voz callada- por eso no te llamé.
Me alegro- Eso te pasa por andar con ese gueón, que no sirve para nada.-le digo.
Me mira enojada y contraataca.
¿Vas a seguir?
Sabes que lo que digo es cierto - le grito enojada-
Te saca plata y te mete en problemas, no sirve para nada ¡Apuesto a que iba curado!
Me mira y no dice nada.
Por su cara sé que le apunté medio a medio.
Cambio la conversación. tengo la razón , pero eso no importa , ella hará lo que quiera.
La profe quiere que vayas a hablar con ella el viernes.
¿Qué hiciste ahora?-me pregunta enojada.
Tengo muchos rojos en matemáticas.
Te dedicas a puro vaguear ¿vas a repetir? me mira con cara de preocupación.
No sé, a lo mejor-le digo sin interés- la profe María siempre da trabajos para subir las notas. Probablemente me ayude a subir el promedio.Pero tu tienes que ir el viernes a las ocho de la mañana.
No puedo. Entro al trabajo a las ocho- me mira sin inmutarse.
Pide permiso total es solo una hora -le digo sin demasiada convicción.
Voy a ver si puedo- es su escueta respuesta.
Si tuvieras que ir a encontrarte con el Carlos, seguramente llegarías a correr -le digo para hacerla enojar.
Por su mirada me doy cuenta de que no quiere pelear.
Se para y me ordena lavar los platos.
Parte al baño, seguro va a fumar y a mirar el teléfono.
Recojo la mesa. Lavo la loza y me quedo sola de nuevo.
Me voy a mi pieza. Ella no saldrá en un buen rato.
Tengo que estudiar mañana tengo prueba de un libro y ni siquiera lo he leído.
No me preocupo, voy a buscar un resumen en internet y listo.
Pongo a Morrisey en YouTube mientras leo el resumen.
Me quedodormida, soñando con él.
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Ella está sola, negro.
Short StoryEs una niña y está sola. Quiere morir y a nadie parece importarle.