love is a bitch

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Jennie no creía en el amor, pero sin embargo estaba completamente enamorada de su mejor amiga.

No creía en el amor porque igual que se la había dado, se la había quitado.

Chaeyoung, la chica amable, responsable y dulce a la cual Jennie llego a llegar odiar algún momento de su vida, por ser lo más perfecto que sus ojos habían visto hasta ahora. Pero sin embargo no podía ser suya.

Porque sería un pecado, que ninguna de las dos se perdonaría.

Porque Chaeyoung también tenía sentimientos ocultos hacia su mejor amiga. En la cabeza de la pequeña, Jennie era completamente una diosa en todos los aspectos, y a veces se castigaba a si misma por imaginarse a Jennie de aquella manera tan sucia.

Siempre solía tener el mismo sueño con la mayor, ambas desnudas, tocándose y haciéndose sentir la una a la otro miles de sensaciones tan reales, que a Chaeyoung le asustaba todo lo que le hacia sentir Jennie incluso cuando no estaba cerca.

Jennie no era menos. La mayor había comenzado a negarse a ver a su amiga cambiarse delante de ella, o incluso llegando a compartir una ducha con ella. La menor de las dos lo hacia todo desde una manera inocente, pero sabía que los ojos oscuros de Jennie se volvían completamente negros cuando incitaba a la mayor a verla de aquella manera.

Y le gustaba.

Le gustaba sentirse así de deseada, porque Chaeyoung no era tonta, sabía todo lo que era capaz de provocar en Jennie, incluso la había escuchado en sueños gemir su nombre.

Aquella situación era irónica para ambas, pero decidían ignorar aquella tensión sexual que solía repetirse todos los días y seguir tratándose como hermanas, aunque no ninguna mantuviera ese tipo de cariño.

Pero es que el amor no entiende de religión, ni de clichés, el amor no entiende de nada, el amor es una mierda en la cual ambas estaban metidas, y en la cual ninguna de las dos querían salir.

Y la hermana de Chaeyoung la conocía perfectamente. Notaba los pequeños temblores de su hermana cuando Jennie entraba en casa, los leves sonrojos y esa manera especial de brillar que tenían sus ojos cuando hablaba de ella.

Pero desgraciadamente, la hermana de Chaeyoung no tenía nada que ver con sus padres. La homosexualidad era un tema completamente tabú en la casa de la menor, así que Chaeyoung sabía de sobra cual iba a ser su futuro, acabaría casada con algún hombre que a su padre le pareciera correcto, tendría hijos y una vida corriente, y aunque desease que fuera de otra manera, sabía que eso sería imposible.

-Jennie, ¿puedo preguntarte algo?-La mayor se incorporó de su cama para mirar a la menor que la miraba desde su escritorio esperando una respuesta.

-Claro, dime.-La menor tomó una respiración profunda y se animó a preguntar.

-¿Qué se siente cuando te gusta a alguien?

Jennie miró a Chaeyoung totalmente sorprendida, que ahora la miraba algo insegura, así que decidió de abrirse a la menor y serle completamente sincera dentro de lo que su manera de expresarse le permitia.

-Es algo difícil de explicar. Sientes una necesidad de estar al lado de esa persona y de protegerla todo el tiempo. Quieres que sonría y que sea feliz todo el tiempo, quieres abrazarla y decirle que es perfecta tal y como es, pero otras veces tienes ganas de matarte porque sabes que por mucho que hagas, nunca podrás tener a esa persona de esa manera a tu lado. El amor es algo estúpido Chaeyoung, pero sin embargo lo necesitamos para vivir. Ya sea amor propio o cualquier otro tipo de amor.

Jennie volvió a tumbarse en la cama, cerrando sus ojos y respirando de una manera pesada. Era así como se sentía con la menor. La mayor sintió como la cama se hundió un poco y notó a Chaeyoung tumbarse a su lado.

-¿Te gusta alguien, verdad?-Preguntó la menor, que tenía una pequeña esperanza dentro de que esa persona fuera yo.

-Sí.

-¿Puedo saber quién es?

-Eres tú Chaeyoung, tu eres ese alguien.

Jennie se volvió a incorporar de la cama tapándose la cara, intentando no mirar a Chaeyoung, pero le fue imposible porque la menor se inclinó delante de ella, apartándole las manos de la cara para que la mirara a los ojos.

-Jennie, mírame.-La mayor negó, como si de una niña pequeña se tratase haciendo que Chaeyoung soltara una pequeña risa.

-¿Ahora que me lo has dicho no me vas a hablar?-Preguntó ladeando un poco su cabeza y Jennie abrió los ojos.

-No es mala idea, quizás debería de irme del país.-Dijo bastante convencida, pero la menor se lo tomó a modo de broma volviendo a reír.

-Eres idiota.-Chaeyoung miró a la mayor durante un rato, intentando pensar que debería de decirle exactamente, lo que estaba provocando que Jennie se pusiera nerviosa.

Y decidió besarla, porque no encontraba las palabras exactas para hacerle saber lo importante que era en su vida. Con o sin sus sentimientos de por medio, porque Chaeyoung le debía muchísimas cosas a Jennie, era uno de los motivos de su felicidad, porque cualquier detalle para la menor era un mundo, y ese mundo se lo estaba entregando Jennie, y quería que se quedase a su lado para vivirlo.

Porque el amor era un mierda, pero al fin y al cabo era amor, y Jennie seguía odiándolo, pero ahora, si merecía la pena luchar por el.

Merecía la pena luchar por ella.

Aunque fuera uno de esos estúpidos pecados que no se perdonarían en la vida.



chaennie ✧ [os]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora