Los ojos cerrados de la menor y sus manos calientes apretando las sabanas de color azul cielo era lo único que la ayudaba en ese momento.
Jennie sabía que haberle pedido a Jiyong que se acostara con ella, su profesor de piano y el cual le sacaba mas de siete años de edad, no había sido la mejor idea del mundo, pero lo necesitaba.
Quería sacarse de la cabeza a Park Chaeyoung y su maldita sonrisa, y su maldita forma de mirarla, quería olvidarde de su voz y de como se inchaban sus mejillas cuando sonreía.
Porque estaba enamorada de ella, pero solo eran amigas.
Quería dejar de imaginarse que quien la estaba tocando era ella, cuando realmente era Jiyong, el cual era un hombre totalmente compresivo, que a pesar de ser gay, aceptó la idea de la menor.
Pero, ¿quién iba a resistirse a Jennie Kim? Esa era la verdadera pregunta.
Bueno, pues, Chaeyoung lo hacía, aunque en el fondo supiera que Jennie no sintiera solo una amistad por ella.
Porque la menor no era tonta, veía como la observaba cuando tocaba el piano, cuando sus mejillas se volvían de color carmesí si era ella quien la felicitaba por su gran avance en las clases.
Porque a Jennie le importaba una mierda aprender a tocar el piano, ella quería aprender a tocar a Chaeyoung, pero eran amigas, para su suerte o su desgracia.
Fue cuando Jennie le pidió a Jiyong que parase, cuando se dio cuenta de que su móvil sonaba y no era ni mas ni menos que la menor.
Jiyong se despidió de la chica y esta le agredeció aunque aquella sesión de sexo no hubiera servido para nada.
No servía porque no era Chaeyoung quien se la estaba comiendo.
Descolgó el teléfono y escucho la voz rota de Chaeyoung al otro lado, Jennie sintió como su mano derecha se apretaba al escuchar a la menor llorar al otro lado.
Y se imagino lo peor.
-¿Chaeng?-Preguntó en voz baja.
-Jennie, y-yo necesito ayuda.-La escuchó sonarse su nariz y la mayor se levantó comenzando a vestirse.
-¿Qué te ha pasado? ¿No estabas con tu novio?-Chaeyoung lloró más cuando escucho a su amiga nombrar a su novio, entonces la mayor se imagino que habían roto o cualquier cosa por el estilo.
-Soy una estúpida Jennie, creo que lo he arruinado todo.- La morena se sentó en la cama pasándose una mano por el pelo, frustrada ya que la menor no lograba darle detalles exacto de lo que estaba pasando.
-Chaeyoung, relajate y explícame esto.-Dijo con tono serio y pudo sentir a la menor asentir al otro lado de la línea.
-Me dijo que me amaba, pero estaba demasiado asustada y salí corriendo y lo dejé allí solo, creo que he arruinado nuestra relación Jennie y no sé qué hacer.-La mayor se tumbó en la cama completamente devastada y aunque quisiera negarlo, con el corazón más roto de lo que lo solía tener.
Pero la realidad es que era su culpa, nadie la había mandado enamorarse de Chaeyoung, su mejor amiga. Se conocían desde niña y nunca había tenido sentimientos que no hubieran sido de amistad por la menor pero todavía cambiado en ella cuando se enteró de qué la alta tenía novio, todo eso la enfurecio demasiado y descubrió sus sentimientos ocultos por Chaeyoung.
-¿Tú lo amas?-Pregunto la mayor de las dos, esperando que dijera, que no, como en las películas románticas, y que le dijera que la amaba ella, pero sabía que eso nunca pasaría, ni siquiera en sus mejores sueños.
-Sí, lo amo.-Dijo la pequeña con la voz firme a la otra línea, entonces Jennie sonrío tristemente, alegrandose por ella porque sintiese lo que sintiese, era su mejor amiga y quería verla feliz aunque no fuera con ella.
-Bueno, sí es asi, ve a hablar con él y dile la verdad, dile que de verdas lo amas, pero que tenías miedo de decirlo, seguro que lo entiende y seguramente ni siquiera esté enfadado solo confuso por tú reacción.-Jennie se incorporó de su cama y se quedó mirando el retrato en el cual salía ella y Chaeyoung cuando se graduaron del instituto.
-Lo haré, es más, voy a ir ahora mismo hablar con él y y explicárselo todo, no me puedo quedar así ahora.-La mayor volvió a sonreír y asintió aunque supiera que su amiga no la podía haber.
-Suerte Cheyoung.
-Muchas gracias Jennie, a veces no sé qué haría sin ti.-La menor colgó el teléfono y salió disparada a casa de su novio, a explicarle todo y seguir el consejo de su mejor amiga.
Mientras que Jennie volvió a tumbarse en la cama y se quedó mirando al techo durante un rato, y se dio cuenta, de que el amor no estaba hecho para algunas personas y ella era una de esas personas.
Y de que había veces, en las que los finales felices no acababan como uno quería.