Capítulo 24: El castillo de arena/Despertar

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Gru

Abandoné la habitación sin contestar y dejando a mi hermano en duda. Una pregunta como esa no tiene respuesta. No para mí y mucho menos en estos momentos de tensión. Regresé a la guarida para ver las noticias sobre el regreso de las joyas. En efecto los noticieros estaban confundidos y esta vez no tenían ninguna pista de quién devolvió las joyas. Creo que he subestimado a Dru, en verdad que es bueno siendo villano. A diferencia de mí, él no dejó rastro alguno. Estoy orgulloso de él a pesar de todo.

Al día siguiente desperté solo en la cama, Lucy no estaba a mí lado. Salí de la habitación directo a la habitación de las ninias. Apenas entré las encontré con su mamá platicando, solo alcancé a escuchar algunas palabras antes de que me vieran a la puerta. La pequeña Agnes salió a abrazarme mientras las otras salían de sus camas. Edith se veía un poco cansada a lo acostumbrado, ya habría salido corriendo al comedor para ver qué hay de desayuno. Tal vez no sea tan malo el entrenamiento tan duro que le impone Lucy. En cuanto a Margo, ella estaba relajada, fuera de estrés y ya tenía su celular en la mano. Ya casi es toda una adolescente aunque no quiera admitirlo. Un jalón a mi bata de dormir me sacó de estos pensamientos.

"¿Mmm? Agnes."

"Quiero hacer un castillo de arena para que Suertudo, Blackie y Kyle jueguen. ¿Podemos pasar el día en la playa? Por favor."

Nunca podría decirle que no a mí princesita así que acepté su petición. Tan pronto tomamos el desayuno las pequeñas empezaron a alistarse. Antes de salir, le pedí a Fritz que le avisara a Dru dónde estaríamos, no quiero que se preocupe, y tal vez quiera acompañarnos después. Para el mediodía ya estábamos en la playa ayudando a las ninias a construir un castillo de arena lo más grande posible para que dos cabras y un... perro jugaran. Margo no estaba muy interesada en el proyecto pero nos traía agua de mar, Edith se ocupaba de mantener a los brabucones lejos de su hermana pequeña mientras que Lucy y yo ayudábamos a Agnes a construir su castillo soñado. De un momento a otro el castillo ya tenía forma y solo le faltaba algo para decorarlo, según Agnes. Edith y yo caminamos por la playa recolectando caracolas, conchas de mar y vidrio de mar. Mi esposa estaba muy callada pero tenía una sonrisa en su rostro, espero que eso sea buena señal. Al regresar con las ninias vi que Dru ya estaba con ellas, jugando con Margo y Agnes en el castillo. El rubio se veía radiante de felicidad como siempre.

"Hola Dru. Entonces, viniste."

"Hola, sí. No quería que se quedaran con toda la diversión. ¿Verdad pequeñas?"

Dru

Aunque estaba enojado con Gru no podría negarme a pasar un momento de felicidad con mis sobrinas. No sabía si mi hermano y su familia me volverían a visitar después de todo lo sucedido así que estaba dispuesto a disfrutarlos el tiempo que estuvieran aquí. Tenía el presentimiento de que estos momentos terminarían pronto.

Pasé el resto de la tarde correteando a mis sobrinitas en la playa acompañado por sus mascotas. Pude nadar con Margo, jugar a la pelota con Edith e imaginar con Agnes. Adoraba estar con ellas, me hacían pensar en lo lindo que hubiera sido tener niños pero ahora es algo tarde para mí. Es cuando me pregunto cómo fue que Gru encontró a las niñas y cómo después encontró a Lucy. Sin embargo, está cerca a perderla según su condición. Sé lo mucho que Gru la ama y cuánto sufrirá si algo le llegara a pasar. Ahora entiendo que lo amo tanto que no quiero que sufra aunque eso signifique que yo no puedo tener su afecto.

En punto del atardecer las niñas se acurrucaron conmigo mientras Gru se mantenía a lado de Lucy. Empezaba hacer frío así que me llevé a las pequeñas de vuelta a la mansión y dejar a mi gemelo a solas con su esposa, quien parecía muy tranquila a comparación con días anteriores. Espero que su condición no empeore. Apenas voltee la mirada para ver a la pareja y vi algo que jamás pensé que vería. La pelirroja tenía a Gru contra el suelo ejerciendo presión sobre su pecho, al parecer lo arrojó a la arena destruyendo el castillo. Estaba por ayudar a mi hermano a confrontar a Lucy pero comenzó a tambalear, se tocaba la cabeza haciendo gestos de dolor y se desmayó. Por fortuna Gru la atrapó en sus brazos y con tranquilidad caminó hacia mí.

"¿Qué sucedió? Estaba por ir a ayudarte."

"Tuvo otro episodio. Al menos no lo tuvo enfrente de las ninias. Creo que se contuvo para que no la vieran."

Pude ver lo preocupado y triste que estaba mi hermano, me dolía verlo así. Al llegar a la mansión me encargué de arropar a mis sobrinas, a todas las cubrí con una manta e incluso in pequeño beso en la mejilla. Cuando las pequeñas yacían dormidas en sus camas decidí revisar si Gru necesitaba ayuda con Lucy pero en cuanto llegue ella ya estaba durmiendo en su cama, sin señales del calvo en la habitación. Lo busqué en la sala principal, en la cocina, y en la guarida pero no lo encontré. Espero que este bien.

A la mañana siguiente desperté temprano y revisé si Gru estaba en su habitación pero aun nada. Solo estaba Lucy en la habitación y por fortuna seguía durmiendo. Después revisé a las niñas y tampoco encontré a mi gemelo. Entonces revisé el último lugar donde podría estar, la guarida. En efecto, el calvo estaba aquí. Estaba dormido en el sillón y los minions estaban a su alrededor durmiendo, pero por qué estaba aquí para empezar. Con mucho cuidado caminé entre los pequeños amarillentos sin despertarlos para alcanzar a Mel. Tal vez él sepa dónde estaba Gru.

"Pss Mel, despierta."

"¿Eh? Ah Hola bello."

"Baja la voz pequeño. Dime algo ¿Sabes a dónde fue Gru anoche? Creo que no pasó la noche aquí."

"Di tevi bello. Gru se la tevi."

"¿En la televisión?"

Encendí la televisión quitando el sonido y encontré a lo que se refería. Esta vez las noticias estaban plagadas de avistamientos de alguien que había irrumpido en el banco internacional, robaron al menos una tonelada de oro puro y dejaron a varios guardias inconscientes. La única pista fue una fotografía borrosa en un crucero de autos. No se parecía a Gru pero quién más podría ser. Una vez más me inculpó de sus fechorías. Es la segunda vez que me hace esto y ya no puedo tolerarlo.

"¡Minions! ¡Despierten!"

Los pequeños se despertaron de golpe corriendo por todas partes hasta alienarse frente a mí. El calvo se despertó de un salto cayendo del sillón donde dormía. Le di instrucciones a los minions de salir de la guarida y no despertar a nadie en la mansión. En cuestión de segundos la guarida estaba vacía solo con mi hermano y yo.

"Muy bien Gru. Ahora qué tienes que decir en tú defensa. Vas a pedirme que te cubra de nuevo, devuelva lo que robaste y fingir que nada pasó."

Gru se levantó del piso y caminó hacia mí. Se veía cansado y estresado. Pero ni eso hará que sienta pena por él.

"¡¿Y bien?! ¡¿Qué vas a decirme ahora?!"

"Dru...No fui yo."

"¡Imposible que no fueras tú, Gru! No puedo creer que mientas."

"No es una mentira. No fui yo."

Empujé a mi gemelo hacia la televisión para que viera las noticias. Apenas puso atención a la fotografía del supuesto ladrón la imagen ya no estaba tan borrosa y en efecto, no era Gru.

"No puede ser... cómo es posible. ¿Gru?"

"Ya comenzó a emerger... Y ahora ya no hay vuelta atrás. Tengo que contenerla lo antes posible... Lucy."

Sígueme (Rucest/ Gru X Dru)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora