Aun no sabes porque y vienes a mi como nieve atraída por el suelo, no me miras a los ojos, pero me quitas la mirada de los labios finos como si fuera una fina capa de papel, cual tus lagrimas manchas al escribir tu dolor. Tu pelo largo como un día de verano, pero, tal vez, corto como un día de invierno, el frió de sus dedos en esa taza de café caliente, la silueta de su cuerpo en la ventana del 2 piso mirando cada hoja de otoño caer de los arboles