El despertar

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Florián cabalgaba a lomos de su caballo por el bosque,  esquivando las ramas de los árboles como podía,  el caballo corría como si no hubiera un mañana hacia la entrada del bosque oscuro en busca de Malvia. A lo lejos divisó una figura que se movía e iba hacia ellos,  agarró fuerte la espada con una mano mientras con la otra se sujetaba al caballo.

Elevó la mano para golpear a la persona que tenía en frente, la cual estaba a lomos de un caballo y llevaba una capa negra con la capucha puesta. Pero algo lo tiró al suelo, quiso levantarse, pero,  unas raíces se lo impidieron, atándolo de manos y pies e inmovilizándolo.

— ¿Así es como me tratas ahora? — preguntó mientras se quitaba la capucha Malvia.

— Pensé que eras otra bruja

— Tengo la solución para despertar a Blancanieves— movió la mano y las raíces se desataron.

— Yo también — repuso Florián mientras se ponía en pie.

— ¡ Un beso de amor verdadero! — soltaron a la vez, para luego reírse.

— El beso de amor verdadero solo podrá hacer efecto en la persona a la que amas— explicaba con emoción Florián — asi que como sólo amo a Blancanieves, ella despertará, pero Grimhilde seguirá dormida o muerta puesto que no siento nada hacia ella.

—Si, tienes razón — dijo con la mirada baja Malvia

— Entonces vamos hacia el castillo — dijo emocionado Florián

Emprendieron su camino hacia el castillo de la reina. La noche era fría, ya se notaba la llegada del invierno, la luna llena era la protagonista de la noche, no habían casi estrellas. Malvia miraba de reojo a Florián preguntándose que era realmente lo que sentía por él. Ella no podía, por nada del mundo sentir amor por él,  puesto que corazón de él ya pertenecía a Blancanieves, y además ella es bruja y no puede sentir amor por los humanos,  si debía enamorarse debía hacerlo de alguien como ella, un hechicero.

— Ya hemos llegado — avisó Florián sacándola de sus pensamientos.

El castillo estaba protegido por el muro de espinos que había invocado Malvia para proteger el castillo, las enredaderas formaban una gran cúpula al rededor del castillo y sus espinos eran largos y afilados como espadas y poseían un veneno de lo más mortal.

Se acercaron al muro, poco a poco evitando tocar los espinos, Malvia susurró unas palabras cerrando los ojos,  para luego elevar la mano y formar una puerta con forma de arco del tamaño suficiente para que pudieran pasar.

Todo seguía tal y como lo habían dejado la última vez que estuvieron allí,  habían gárgolas rotas por el suelo,  calabazas podridas, y soldados muertos. Pero el jardín estaba impecable, con sus hermosas flores, y arbustos, mas el castillo no estaba del todo bien,  puesto que todas la ventanas estaban rotas,  efecto del grito de Grimhilde al ver su espejo roto.

Caminaron, hasta llegar a las puertas del castillo,  al cual entraron directamente, para encontrárselo hecho trizas,  habían trozos de cristales por todas partes, que podían ya podían ser tanto de espejos como de ventanales. En el centro de la estancia reposaban dos cuerpos encerrados en ataúdes de cristal con decoraciones de oro con forma de enredaderas, en el primero estaba Blancanieves dormida con las dos manos sobre el pecho y entre estas un ramo de flores. Y a su lado en otro ataúd se hallaba Grimhilde, con las manos también sobre el pecho y una reluciente corona a un lado de su cuerpo, era aún más hermosa dormida.

Florián abrió el ataúd de Blancanieves, bajo la atenta mirada de Malvia,  se inclinó sobre el rostro de allí dormida, pero se detuvo.

— ¿Qué pasa Florián?  — preguntó nerviosa Malvia — ¿Porqué no la besas?

—¿Y si no funciona? — acarició el rostro de Blancanieves— y si no se despierta, o funciona y se despiertan las dos

Malvia respiro hondo antes de empezar a explicar.

— Mira, Grimhilde en si, ya está muerta, la hicimos mortal al romper el espejo — dijo señalando el espejo que levitaba sobre el trono — Blancanieves es la que la mantiene viva,  si Blancanieves despierta ella muere, puede también estar el caso, que si despertamos a Blancanieves,  Grimhilde sea la que se despierte siendo Blancanieves su nuevo objeto de la inmortalidad.

— ¿ y entonces? Que hago — Florián estaba confundido y nervioso.

— Besala— le ordenó a Florián

Éste último se inclinó sobre Blancanieves y posó sus labios sobre los de ella y una onda acompañada de una suave brisa azotó el castillo y puede que incluso llegara al pueblo.

Blancanieves abrió lentamente los ojos y parpadeó varias veces, dejando asomar una dulce sonrisa. Florián la cogió en brazos para quitarla del ataúd, y ésta le dió un abrazo.

Desde el otro lado contemplaba la escena Malvia, con una cara de la que no podía saberse la expresión. Al verla Blancanieves corrió a su lado y le dió un abrazo, lo que sorprendió a Malvia que tardó en reaccionar y devolverle el abrazo.

— Gracias — soltó emocionada Blancanieves

— Todavía no des las gracias — dijo con cara muy seria Malvia acercándose al ataúd de Grimhilde — habrá que ver si no se despierta.

Malvia se movió hasta llegar al ataúd de Grimhilde, lo abrió lentamente y comprobó que seguía respirando, al tiempo que les hacía una señal de que Grimhilde había muerto, el espejo se desplomó sobre el trono, pero no se rompió.
Un silencio sepulcral inundó la sala, hasta que Malvia lo rompió.

— Todo ha acabado — dijo limpiándose una lágrima, puesto que aunque su relación con Grimhilde no era lo que se dice buena, sentía un poco de aprecio hacia ella y además eran familia.

Indicó a Blancanieves y a Florián que la dejaran sola unos minutos con su prima, quería despedirse.

— Adiós PRIMA, aunque no esperaba que esto acabara así, sólo quería detenerte y evitar más muertes, pero sólo  he conseguido la tuya....no tengo ni quiero hacer esto pero, te pido perdón y espero aunque no me importa, que me perdones ADIÓS.

Dicho esto salió del castillo al encuentro con Blancanieves y Florián, donde se separaron para ir cada uno por su lado.

Mas en el interior del castillo algo paso,  sobre el trono de la reina un espejo se elevó y posar fue a los pies de el ataúd.

Blancanieves: El regreso de la reinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora