Muchas veces sentí que no encajaba, que todos tenían un lugar en el mundo y podían brillar, aunque fuera en su entorno, pero yo me sentía cada día más sola y al parecer nadie lo entendía, tenía gente a mí al rededor, pero siempre pensaba que me miraban con pena ajena e incluso con asco, como si yo fuera esas atracciones de los circos antiguos que te da pesar mirar pero que terminas observando por el morbo que te genera.
así me sentía siempre como un espectáculo, no recuerdo un día de mi vida en donde las miradas, las burlas y los comentarios no estuvieran, desde pequeña había llamado la atención, pero no de la forma en la que todos quieren ser el centro de atención. yo había vivido la parte horrible de que todos te miran y se ríen, había recibido las burlas y los comentarios pasivo-agresivos de todo el mundo, descubriendo desde muy pequeña lo cruel que puede ser la gente.
y vivir así por tanto años había hecho que me aislara que me sintiera sola y ridícula, dolía saber que en ningún lugar me sentía bien, era como si algo me falta, pero no sabía que era. Y cada vez era más terrible ser solo era el hazme reír de la gente y saber que nadie te iba a querer lo suficiente nunca, ni siquiera tu misma podías llegar a quererte ni un poquito.
—Ey Erika.—Una linda pecosa corría hacia mí, logrando que saliera del abismo en el que estaba hundiéndome mientras caminaba. Ella me hacía feliz de alguna manera y siempre tenía demasiada energía. Deje de lado mi melancolía y la recibí con los brazos abiertos.
—Hola Emma.—Sonreí alegremente, mientras la estrechaba entre mis brazos, la había extrañado tanto a pesar de que nos encontramos ayer en nuestro último día de vacaciones, aun así, era tan importante para mí que quería estar junto a ella hasta el final de mis días, éramos como almas gemelas y el lugar seguro de la otra, mi vida sería un infierno si no fuera por ella.
—Lista para un año más, ¿Qué aventuras nos esperan? Estoy tan emocionada siento que este si será mi año y tú serás la mejor compañía para lograr todos mis objetivos.
—Yo solo quiero un año tranquilo, estas vacaciones estuve tan ocupada que no tuve tiempo para mí, esta vida mía cada vez está más complicada. —Dije dando un dramático suspiro mientras acomodaba un mechón de mi cabello.
—Si claro, ¿Quién sabe este verano con que libro te encaprichaste? Te conozco Erika, tu vives más en tu imaginación que en la realidad, si no fuera porque pasaba algunas tardes a recogerte estaría segura de que hoy sería el día que vuelves a salir de tu casa. Te adoro mi buena amiga, pero es tan triste que solo yo este para ti.
—Señoritas les paso carta de invitación para que se dignen a entrar o de una vez voy cerrando la puerta, ya que se nota que no quieren entrar a la institución. —Grito una de las docentes mientras nos lanzaba una mirada de advertencia.
—Ya vamos. —Gritamos al unísono y salimos corriendo, dejando nuestra conversación para más tarde.
Cuando nos faltaba poco para llegar, la docente junto al director decidió cerrar la puerta en nuestras caras, era todo un cretino por eso su cara era tan fea, tanto estrés lo había convertido en una abominación ante los ojos de la humanidad quería decirle todo lo que pensaba, pero mordía mi lengua para no decir todo lo que pensaba.
—Mierda y ahora. —Dije nerviosa, mientras acomodaba el marco de mis lentes que se habían resbalado cuando empezamos a correr.
—Esperar que nos abran la puerta y dirigirnos a rectoría. ¿Qué más podemos hacer? —Emma le restó importancia y empezó a chatear con alguno de los tantos chicos con los que hablaba.
Muchas veces me cuestionaba el hecho de que era tan linda y porque era mi amiga, yo era un ser horrible que nadie miraba, mientras ella siempre destacaba y llamaba la atención de todos los chicos. Me parecía curioso que no le importaba cuando nos comparaban, al contrario, siempre me defendía y estaba para mí, era la única que me lograba entender a pesar de ser tan diferentes.
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LOVELESS: Una chica sin amor
Dla nastolatkówElla los veía a todos, pero ¿quién realmente la veía a ella? Erika Sáenz siempre se ha sentido invisible en un mundo que a chicas como ella las han juzgado hasta atormentar su vida. Enfrentando el constante rechazo y la indiferencia de los demás, Er...