El Príncipe Azul

38 2 2
                                    


Ok, ya había dicho la historia había llegado a su fin. 

Pero en realidad no había llegado a su fin 😈


El inicio de nuestra nueva historia tiene lugar en el lejano reino de Clichelandia, y nuestro protagonista será nada más y nada menos que el príncipe Azul.

Azul era un apuesto y valiente príncipe que estaba súper enamorado de nuestra amada princesa Melodía. Su cuerpo esbelto, sus ojos de color verde esmeralda, su brillante y sedoso cabello semilargo de color castaño, ese rostro que parecía tallado por los mismísimos ángeles, esa voz aterciopelada y su caballerosidad hacían suspirar a cualquier chica. 

Cuando quería dar un paseo por los bosques, cabalgaba sobre el lomo de Cotton Candy, su lobo dientes de sable gigante de pelaje rosa con cyan que... ¡ah! ¡Es cierto! ¡No les conté! (gracias por recordármelo) Nuestro príncipe se llama Azul pues... pues... pues porque era el color que tenía el cielo el día en que nació. Sí, exacto. No había ni una sola nube en el cielo. Y según cuenta la leyenda, era también el color favorito de su madre. Toodos esos cuentos que están en tooodos los libros y que toooodos nosotros escuchamos antes de dormir y que curiosamente tooooodos hablan sobre un supuesto príncipe azul que salva a su princesa (que curiosamente son toooooodas las princesas de ficción conocidas) en realidad son algo así como fanfiction hechos por las chicas (*cof cof fangirls cof cof*) del reino que soñaban con casarse algún día con él. 

Bueno, para que se hagan una idea de qué tan encantador es nuestro apuesto príncipe: elegante, alto, educado, caballeroso, cortés, amable, relajado, valiente, fuerte, inteligente, y cuyo amor (y admiración también) es sólo para la princesa Melodía ... en fin, el chico ideal, el sueño de toda chica (vamos, chicas ¿Quién no quiere un novio así?). 

Bien, vayamos al grano. 

Azul se enteró de la terrible situación por la que pasaba el reino aliado y la tragedia que le ocurrió a Melodía (se lo contaron por Whatsapp). Así que se puso su brillante armadura, tomó su espada más afilada, se sentó sobre el lomo de Cotton Candy, y emprendió el arriesgado viaje para salvar al mágico reino de Shitpostlandia. 

Cuando por fin hubo llegado, enfrentó al dragón de cuatro cabezas. Pero se dio cuenta de que no iba a poder él solo contra el poderoso dragón. Así que fue en busca de las cenizas de Melodía y se las llevó a un hechicero para que ella volviera a la vida. El mago sacó de un baúl un antiquísimo libro y recitó un conjuro que hizo que las cenizas brillaran color amarillo y mágicamente la princesa Melodía renaciera como el ave fénix.

Por desgracia, la varita estaba rota, por lo que no podrían hacer ningún hechizo al primer intento y sólo funcionaría cuando el dragón estuviera vulnerable. Su única opción sería pelear con espadas contra el dragón. Cuando el dragón estuviera lo suficientemente débil entonces lo pulverizarían con la magia de la varita. 

Y así fue. Ambos, protegidos con armadura y escudo para evitar el fuego y el hielo, con lentes y cubrebocas para evitar el veneno y cabalgando sobre el lomo de sus veloces lobos para evitar los rayos y las centellas, le hicieron múltiples cortes y heridas en la piel. Incluso hacían que se quemara con su propio fuego y centellas o se resbalara con su propio hielo o se electrocutara con sus propios rayos o sus heridas se irritaran con su propio veneno. Al dragón no le quedó otra opción más que utilizar su arma secreta: el helado de menta con chispas de chocolate. Escupió bolas gigantescas de helado y una de ellas enterró a Azul, impidiéndole moverse. Melodía tenía que acabar con esto sola. Intentó varias veces lanzar un hechizo con la varita desde el lugar donde estaba parada, pero erró. Entonces antes que el dragón lanzara otra bola de helado, ella se paró delante de él y dijo:

"...-Mamá, en el colegio me llaman distraído

-Juanito tú vives en la casa de enfrente."

El dragón quiso reír a carcajadas, pero una de sus cabezas se atragantó con el helado de menta. Lo suficiente para que Melodía se pudiera acercar y activar la magia de la varita. Al gritar el hechizo, el dragón emitió un fuerte rugido su piel comenzó a oscurecerse desde la cola hasta la última de sus cabezas. Cuando por fin quedó cubierto de oscuridad se convirtió en polvo y se desplomó.

Por fin el reino era libre de aquella calamidad y la paz y la alegría habían vuelto. Esa noche celebraron con una enorme fiesta llena de comida, baile, piñatas, fuegos artificiales de mil colores y música.


Y todos vivieron felices por siempre, incluyendo a la princesa Melodía y a su amado príncipe Azul.


Fin

Badfic: Melodía salva al mundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora