¡¿Acaso esta maldita bicicleta no puede ir más rápido?!
He pedaleado con todas mis fuerzas por un tiempo que me han parecido horas y sigo sin llegar a mi casa. Pero creo que ya la dejé atrás, lo suficiente. En mi vida volveré a ir a ese maldito parque.
Mis manos sudan, mi corazón más que palpitar vibra, mis ojos abiertos de par en par observando todos los movimientos.
La muy hija de puta de Aby puede salir delante mio.
Miró hacia atrás, no me sigue, o eso es lo que creo, puede estarme siguiendo como una sombra o qué sé yo.
Choco contra algo y caigo de mi bicicleta, es algo suave y grita cuando mi cuerpo hace contacto con una fuerza proporcional a la gran velocidad que llevaba. La miro, pero no me importa haberla dejado inconsciente, arreglo mi mochila, me limpio las manos, y sigo manejando como desquiciado.
Era Miriam, una chica hermosa que jamás va a las fiestas, tan buena y tan desperdiciada.
Llego a mi casa, entro al ascensor, subo a mi piso, me meto en mi casa, tiro la bicicleta, entro a mi cuarto, me tiro a la cama, me tapo completamente con una sábana y me quedo quieto. Oigo mi respiración, hay un silencio muy profundo, mis padres no están. Tengo un impulso por tomar una biblia y leerla completa, cantar un nigun, rezar mil rosarios, aprender a rezarle a la Meca, ir a un culto Evangélico, dejar de tomar café, y proclamar el nombre de Alá.
La verdad es que ya es hora de calmarme y pensar en lo que acaba de pasar.
Aby no era una chica mala cuando era mi novia, pero ese tipo "Alexander", un nombre tan corriente como el portador, ella me dejó por él. Es cierto que yo la engañé, pero prometí no volver a hacerlo y por más rica que estuviera la que se pusiera enfrente no iba a caer... y se fue con el tipo ese.
Y ayer me mandó una carta, para que la viera hoy en el parque, y yo fui porque oí que ya no salía con el tal "Alexander", creí que iba a ser una buena reconciliación y cogeríamos, o solo cogeríamos, lo importante era eso. Sin embargo, ella no estuvo allí en el lugar y hora establecidos, así que caminé por el lugar buscándola.
Al encontrarla estaba sola, con una capucha negra, susurrándole a una foto, la mirada pegada a la imagen, pareció no notar mi presencia.
-Acércate- me dijo. No sabía que clase de broma era esa, pero creí que los lentes de contacto blancos le daban un bonito toque junto con el maquillaje para que sus venas se vieran negras y muy marcadas.
Me reí un poco.
-Dame tu mano- dijo y yo se la dí.
-Extrañabas el contacto conmigo, ¿verdad?
-Como no tienes idea- me dijo y apretó mi muñeca.
-Me sostienes muy fuer...- me puso la otra mano en la boca.
Empezó a susurrar en una lengua extraña, las venas negras de sus ojos se hicieron rojas, sus ojos blancos penetrándome, me dolía su mirada.
-Yo- dijo al fin en un lenguaje entendible-, te maldigo a ti, Joe Dmitri Carlson, no podrás besar a ninguna persona hasta que hayas asesinado a los cinco culpables de la muerte de mi líder- en ese momento supe que estaba jodido-, les cortarás el cuello con un cristal y me lo traerás para que él tenga nueva vida, y mientras él no viva la maldición seguirá sobre ti.
No puedo explicar lo que sentí en ese momento, quitó sus manos, tomó mi rostro y me besó de la forma más pasional posible, estaba excitado y asustado, algo que creí que jamás me iba a pasar. Su saliva sabía a sangre, y mis labios se sentían cada vez más secos, pensé que iban a sangrar ellos también, mi corazón empezó a doler, creí que iba a tener un paro allí mismo. Cuando me soltó toqué mi boca, de hecho había sangre, la miré y volvió a hablar en su lenguaje raro.
-Si besas a alguien morirás- dijo y sonrió, sus dientes llenos del rojo líquido y yo sin poder moverme.
Hasta que mi cuerpo reaccionó y heme aquí, bajo las sábanas, sin poder procesar qué pasó.
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Kiss my curse
ParanormalDmitri debe asesinar a los cinco asesinos del ex líder de la secta en la cual su ex novia está, sino jamás podrá besar a una persona nuevamente. Cuando la presión de sus amigos y un nuevo amor, además de muchas amenazas de su ex novia llegan a su pu...