Cap.1: Más que una maldición

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¿Cuánto tiempo he pasado debajo de las sábanas?

Tres días tengo desde ese encuentro con Aby. Ahora las cosas se han acoplado en mi mente, y tienen más sentido. 

En mi casa nunca están mis padres, solo por las noches, me han encontrado en cama y les pareció de lo más normal. Mientras por el día me revuelco en los pocos metros cuadrados que son de mi pertenencia, pensando en qué demonios se refería Aby al decir "los asesinos de mi líder". 

¿Quién era su líder?

¡¿Quién putas lo mató?!

Me levanto, busco mis pantuflas y camino fuera de mi cuarto, llego al cuarto de baño y empiezo a quitarme la ropa. La supuesta maldición de Aby no es la gran cosa, mi cuerpo sigue igual, aún la parte más importante (ustedes entienden de que órgano hablo). Me meto en la bañera, no me he dado un baño desde nuestro encuentro así que huelo jodidamente mal. Abro la llave y me siento más calmado cuando el agua cae sobre mi cuerpo desnudo. 

Me aprecio, he pasado horas en el gimnasio durante muchos años, tengo una figura escultural de puta madre...

Y ahora no podre usar eso para conquistar chicas...

Me da un escalofrío, mucho de lo que he hecho en mi vida ha sido para poder coger fácilmente, desde como camino hasta la carrera que curso; ¿quién no quisiera estar con un estudiante de negocios que va a heredar la exitosa empresa de sus padres?

Un choque de electricidad en mi cerebro me devuelve al momento en que Aby me besa. Fue un buen beso, exquisito, pero me tengo más que obvias razones para estar temblando al recordarlo. 

Salgo del cuarto de baño, pongo la toalla alrededor de mi cadera y camino de regreso a mi cuarto.

La vida sin besar no sería del todo mala, podría convertirme en un sacerdote o alguien que haga un voto de castidad, no soy mucho de religiones pero puede que la espiritualidad llene el vacío que la vida sin sexo me dejaría. 

Empiezo a reírme como idiota, porque ese pensamiento lo merece.

Podría coger sin besar a la chica. 

Me paro justo al lado de la cocina, no me había dado cuenta de cuanta hambre tengo. Camino al refrigerador. Lo abro, tomo un yogur semi terminado

No es para nada mala idea coger sin besar, excepto que las chicas son unas románticas, para que se dejen penetrar necesitan algunos besos. Bueno, aún puedo violarlas... No, me gusta que cooperen.

Tomó una cuchara, la sumerjo y me la meto a la boca. Pienso en que ella no especificó si debía besar en la boca a alguien, puede que un simple beso en la mejilla me haga valer verga.

Volteo a ver la mesa y hay una cajita con un papel encima donde está escrito: "Dmitri, llegó esto por correo"

Dejo el vasito de yogur por un lado, tomo la caja y la abro. ¡Yeih! La camándula que pedí por internet ya está aquí. Sacó el collar con piedras de distintos tamaños y una cruz la pongo frente a mis ojos.

Y en ese momento se prende en llamas.

La lanzó al suelo y empiezo a pisarlo como si fuera una cucaracha hasta que el fuego se consume. Me quedo perplejo no me esperaba nada así.

El timbre de mi casa suena, camino lentamente.

No he salido por tres días, y hoy es martes por la tarde, pueden se mis compañeros preocupados, no necesariamente Aby. 

Su nombre resuena en mi cerebro por un momento y cierro los ojos. 

Al abrirlos estoy en mi casa, pero al mismo tiempo no. Parece una pintura vanguardista, solo líneas diagonales crean la realidad, espacios en blanco intercalan los colores como si todo estuviera en un papel, me siento pesado y lento y en mi mente siguen resonando esas dos sílabas: "A-by".

-Hoooo- mi voz suena lejana.

  "A-by"  

¿Dónde carajos estoy?

  "A-by"  

Esto debe ser parte de lo que ella quiere hacer conmigo, no creo estar enloqueciendo, o por lo menos con solo tres días sin cordura no debería alucinar. Creo.

"A-by"

Parpadeo lentamente, con la mayor velocidad que puedo, y aparece una sombra hecha de líneas negras frente a mí.

  "A-by"  

-Tu mente ahora es mía- dice en voz como susurro, se acerca, mi corazón late, pone su mano en mi frente y presiona, su tacto arde tanto como el fuego que acabo de apagar.

Abro los ojos, el timbre sigue sonando y yo solo estoy parado a media sala. Suspiro, necesito ayuda. Restriego mi cara y el timbre deja de sonar. 

Me acerco a abrir de todas formas, le doy vuelta a las llaves que están colgadas, y halo la puerta sigilosamente.

Inesperadamente es Miriam. Tiene una venda en su brazo derecho y mi libro de macroeconomía en el otro.

-Oh- digo.

Tiene el ceño marcado en su fino rostro.

-Mis padres me obligaron a traerte esto, pero que quede claro que solo es por eso que lo he traído, pedazo de basura.

Jamás había oído a Miriam hablar de esa forma, pero siendo ruda parece más sensual.

Me lanza el libro y lo atrapo con mis quemadas manos.

-Cálmate- le digo y doy un paso afuera.

"Aby", esta vez no es una voz, es mi propio cerebro que me hace temer al exterior.

-¡¿Qué me calme?!¡Me rompiste la muñeca animal!¡Como rayos quiere que me...!

Le tomo los hombros suavemente.

-Soy un animal y lo siento- digo calmado y me acerco cariñosamente, ella baja la mirada y se sonroja- unos ladrones me perseguían y entré en pánico.

Buena excusa y buena actuación delante de esa desquiciada a la que quiero golpear para que se tranquilice, merezco un oscar.

-Pero...

-Si quieres que pague por tu muñeca, lo haré con intereses, o podemos salir a comer a algún lado, yo invito.

Ella se quedó muda. Gané.

-A un restaurante, donde quieras- le sonrío- solo déjame recompensarte por haber sido un pendejo.

-Tus labios están resecos- dice. Wow, que buena respuesta, pero significa dos cosas: la he dejado estúpida y se está fijando en mis labios.

-Vives cerca de aquí, ¿no?, déjame pasar trayéndote.

Ella siente.

-Yo... eh...- mira mis ojos, los de ella son verdes, pero sé que mis ojos cafés la matan- te... ah... mandaré...

-Un mensaje, claro, como quieras.

Le sonrío nuevamente y la veo ruborizarse, que chica tan típica.

Ella da la vuelta y se despide con la mano que no tiene vendas, yo entro, camino un poco y siento más frío de lo normal, miro hacia abajo.

Mi toalla se cayó.

Con que eso calmó a Miriam, no es una santa esa señorita.

Camino de vuelta a la cocina y busco mi vaso con yogur no está pero otra nota apareció: "Gracias por la saliva. F: Aby"

Me quedo tieso, en qué momento ella entró a mi casa. 

Quizá lo que pensé que era mi mente si era ella.

Mis labios tiemblan. Necesito ayuda urgentemente.

Kiss my curseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora