Sweet Creature Don't Die In My Arms || Larry Stylinson.

Segunda parte.

Harry se levantó de donde estaba sentado y comenzó a caminar con ayuda del celular, resulta que de vez en cuando escuchaba disparos y en cada uno de ellos su corazón se aceleraba más. Lo volvían loco, toda la presión, todos los gritos, sentía que su mente se cerraba y quería esconderse entre sus recuerdos felices con Louis. Miró su pantalla. Había evitado hacerlo, pero suponía que era necesario;

Mamá.

Están disparando en la escuela. Estoy escondido en el techo de mi sala de clases... Ellos vienen por mi mama, puede que... puede que muera. Todo lo que quería era ser feliz, mamá, todo lo que quería era poder amar a quien yo quisiera, poder tener sexo e hijos con quien yo quisiera. Me pregunto porque todo el mundo cree que tiene el derecho de decidir qué es lo que la demás gente desea. Yo sé que es lo que quiero, y ellos planean matarme para que eso no llegue a ser real. Quiero que si muero muestres esto ante todos. Les digas que soy gay, y que, aunque no estoy vivo en este momento, jamás me harán cambiar y si tengo 100 vidas más, aun seguiré siendo quien soy ahora.

Te amo mama. Eres lo mejor que hay en mi vida y te amo con todo mi corazón

Era necesario decir todo lo que jamás se animo a decir, ahora tenia la oportunidad, no la desperdiciaría. Y de repente sintió un fuerte sonido, que logro asustarlo. Es que... dijeron que tenían bombas, ¿verdad? No tenían manera de salir si no era por esa pistola, y Harry estaba en su maldita lista, Harry y tal vez no sabían cuántos estudiantes más. ¿Cuánto tiempo había pasado ahí arriba? El sudor comenzaba a caer por su cuello, incluso cuando allá afuera estaba lloviendo, había estado mucho tiempo mirando el agujero que conectaba a la otra sala, decidiendo si avanzar o no hacerlo, aunque bien sabía que tendría que hacerlo de cualquier manera, era absurdo asumir que sus compañeros darían su vida para salvarlo, y callar cuando les preguntaran donde estaría el homosexual. Tendría que correr, y comenzaba a espantarse el doble porque los disparos a cada segundo se escuchaban más fuertes. ¿Qué estaban haciendo esos alumnos? ¿Esperar a que los psicópatas llegaran y... los mataran? ¿De verdad creían todos ellos que eran libres de todo pecado?

Algunas razones tenían sus propios compañeros para no subir.

Harry no entendía como alguien podía ser tan ciego como su propio verdugo.

—No entiendo... ¿Qué es lo que hice mal? —se preguntaba Zayn. Harry había sacado su teléfono.

Y por otro lado se encontraban los que sabían que había algo mal, pero no sabían que. Harry por lo menos sabia porque lo querían matar, le gustaban los hombres, y eso es... un pecado, según todos, como si Harry hubiera elegido ser un pecador. Sentía tanta envidia de esas personas que podían elegir pecar en lo que quisieran, la homosexualidad no es algo que Harry deseara, cuando era un fanático de la iglesia y conoció a su verdugo, Harry creía que... creía que el diablo lo había escogido para llevar el mal al mundo, el pecado, y que tendría que cargar con él toda su vida, o terminar con ella. La maldad tiene que exterminarse de la tierra, ¿verdad? Para salvarlos a todos, para salvar a su padre y a su madre, y aunque sabía que no era posible, todos a su alrededor parecían darse cuenta de la maldad que corría por sus venas. Era solo una hoja de papel blanco de trece años, que comenzaba a ser usado para dibujar cuadrados en blanco y negro, pero, aunque su padre deseaba eso, su madre se encargó de llenarlo de colores, de pintar el paraíso con un arcoíris que iluminara a las personas con paz. En el paraíso nadie recordara a sus seres queridos, pero tendrán cuerpos perfectos y amaran con todo el corazón. Harry cuando se imaginaba el paraíso se imaginaba como el mismo, sosteniendo la mano de Louis, porque Dios vería su amor reflejados en sus cuerpos y diría que eso nadie podía lastimarlo y destruirlo. Ama al prójimo, dice la biblia, ¿en qué momento de la historia el prójimo se había convertido en ideales?