Tercera parte

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Podría haber jurado que algo se clavó en su pecho, como una bala directo al corazón, y pensó que le habían dado, pero cuando se levantó del suelo para sentarse, nada había en su pecho, nada en lo absoluto. Aunque su pierna seguía sangrando, y eso era malo. Se levantó inmediatamente, y en el momento que lo hizo, una escopeta de cazador apunto su nariz. Louis se puso derecho al instante y no se movió un centímetro, pero clavo sus ojos azules en el niño que tenía enfrente. Los había imaginado como fortachones soldados que habían perdido la razón, pero solo era un niño, no más grande que él, desde lejos, ellos ni se veían como Louis creía. Cuando los vio antes en el patio, estaban muy lejos para su vista y aunque sabía que eran alumnos, no se imaginaba lo débil que se veían de cerca, al menos al que tenía al frente. Louis rogaba por todo lo sagrado que Niall se hubiera ido por fin, que no lo esperara... por lo menos él tal vez podría salvarse.

-¿¡Qué estas esperando!? -le dijo Louis, enojado porque estaba prolongando su agonía, pero el niño frente a él no se movió en lo absoluto.

-Al jefe.

Inmediatamente después de que dijera eso, entró un niño incluso más delgado que el que apuntaba a Louis. ¿Ese era el jefe? Louis lo conocía perfectamente, era el chico que jamás... dejaban de humillar en el colegio, el chico de la iglesia. Este lo miró sobre su teléfono y parecía que estuviera viendo a la persona que más odiaba en el mundo, como si todos sus males fueran culpa de Louis, y este no entendía aun porque no lo estaban matando, no es que lo estuviera pidiendo, pero en cualquier momento le daría un ataque, y eso no era nada bueno.

-Es él, ¿verdad? -el jefe asintió.

-Es él. Ya tenemos a ira -le respondió bajando la vista a su teléfono con el ceño fruncido

Louis lo hizo también, bajando la vista hasta el teléfono del tipo. ¿Louis era qué? ¿Por qué lo estaban buscando? De hecho, ¿Qué era todo eso de los sacrificios? ¿Los meterían en una caldera y se lo darían de sacrificio a dios para que iniciara el fin del mundo? Entendía que pasaba, pero no entendía a que iban con todo eso.

-¿¡Cómo demonios ese maricon...!? -Louis levantó la mirada inmediatamente.

Louis y Harry fueron los primeros en salir del closet en su escuela, ignoraba si había alguien antes de ellos, pero cuando lo hicieron, la escuela les demostró en un corto tiempo a todos que tendrías que pasar por un infierno antes de ser libre. Era como si la puerta del closet estuviera en el infierno, y tuvieras que caminar todo ese camino a casa para poder estar en paz. La cosa es que nadie iba a pasar por eso si podían esperar a salir de la escuela, ellos no tenían a un padre que quería que fueras un mujeriego y le des por culo a todas las mujeres como si fueran juguetes, y eso quiere decir que Louis y Harry eran los únicos maricones en la escuela.

Harry...

¿Qué demonios había hecho Harry?

Y entonces cuando iba a preguntar por Harry, ni siquiera vio venir el golpe justo en su cabeza, y todo se volvió negro y sintió como su espalda se recostó sobre el suelo, pero a pesar de que lentamente iba entrando en lo desconocido, no pudo dejar de pensar en Harry, e intentaba mantenerse despierto por él, porque tenía que encontrarlo aún, porque ellos sabían que había hecho algo, pero Louis no podía imaginarse que... y si Louis se iba, ¿quién cuidaría de su Harry?... ¿quién le diría adiós?...

¿Quién cultivaría rosas con él?

-Esta es su habitación, Zayn -le aclaró, sentándose por fin en la cama y comenzando a abrir el diario. Habían estado buscando algunas cosas en los cajones, y Zayn había decidido beber un poco de agua que el chico tenia perfectamente guardado.

Sweet Creature Don't Die In My Arms || Larry Stylinson.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora