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Música de fondo en el Strip club : Burning desire (Lana del Rey)

Maria... era una dulce melodía.

A contra luz, su piel tostada, sus ojos verdes, sus curvas sencillas y su  cabello ondulado corto eran sin duda  una experiencia sensorial.

Yo iba cada fin de semana a verla bailar y estaría loco si no lo hiciera.

Hombres, mujeres, ciegos y sordos, justos e injustos se reunían para verla hacerlo. Era buena había que admitirlo.

Era la mejor en lo que hacía.

La música iniciaba y con ella el movimiento cauteloso y sensual, al ritmo de cada toque, de sus caderas. Sus ojos estaban cerrados, puedo apostar que disfrutaba cada nota, cada melodía, cada palabra. Era intensa, pude sentir  su pasión desde que la vi por primera vez. Cosa que me capturó de inmediato.

Ese gesto que hace cuando deja caer sus cabellos mientras se da la vuelta, mueve sus caderas de lado a lado y gira con una mirada tan pícara que enciende un fuego incesante en mi pantalón y en muchos pantalones, para mi desgracia,mientras que fajos de billetes caen a sus pies.

Haciéndola feliz y a mi también.

Maria, pechos desnudos. [PARTE 1] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora