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Esa noche hacía más frío que del común.

El invierno azotaba. Estabamos sin duda en la etapa más helada.

Tanto como  mi corazón.

Pero Maria bailaba y eso me reconfortaba. Ni el calor más intenso, ni el frío más agobiante podía quitarme la satisfacción de ver sus senos.

Encontré el  valor después de una botella de  whisky  para  acercarme.

Ella estaba con algún millonario... O eso creo.

apenas di dos pasos me detuvieron sus guardaespaldas. No luché , era inútil.

Decidí esperarla afuera, era obvio que no sé la  llevaría. Ella no se iría con él. La conozco, no sé deja domar de nadie.

Eso me llamaba a ella y también me alejaba. Ambos éramos muy dominantes.

Maria, pechos desnudos. [PARTE 1] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora