Decisión tomada

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-Zero...yo...-

De repente se escuchó sonidos de campanas, gritos y bullicios de los cadáveres que salieron de quien sabe donde para recibir al parecer a un nuevo muerto.

-Llegó otro~!!!-gritó la ya tan conocida entusiasta e infantil voz de Aidou.

-Hola, bienvenido, me llamo Aidou Hanabusa, espero nos llevemos bien-dijo feliz al recién llegado.

Kaname en ese mismo momento deseó mandar todo al demonio, si que el universo estaba en su contra, le habían jodido la primera y más importante declaración de su corta vida, ahora mismo sentía ganas de volver a matar al muy maldito que se le ocurrió morirse en ese preciso momento.

Zero por su parte llevó toda su atención a la multitud de cadaveres que se reunían en un punto en específico del lugar.

Kaname suspiró pesadamente y observó hacia ese punto en específico, y notó algo que lamó su atención, una conocida cabellera rubia clara, era su mejor amigo Takuma eso lo alegró, y pensar que estuvo a punto de mandar al dichoso sujeto al mundo de los vivos por inerrumpiro. Se levantó del lugar dejando a un confundido y desilusionado Zero, quien lo siguió con la mirada y murmuro un suave e inaudible:-Kaname...?-

Kaname se acercó a paso rápido a su amigo, ¿qué ocurrió con su confesión?, la olvidó, solo él podría olvidar algo tan importante como una confesión.

-Takuma, me alegra mucho que es...-sus palabras no fueron completadas, quedó atónico, al voltear a su rubio amigo se dio cuenta, su piel estaba pálida, al igual que todos allí, y alrededor de los ojos había una sombre un poco oscura, y sus antes brillantes ojos verdes ahora eran opacos, habia fallecido.

-Lo siento-dijo observándolo sorprendido.

-No descuida, jamás me he sentido mejor-dijo Takuma en respuesta "respirando" sintiendo como su tuberculósis ya no estaba, debía felicitar a su amigo por verle ese lado positivo a la muerte.

-Hanabusa, sirvele algo de beber a nuestro nuevo huésped-dijo Akatsuki, a lo que el chico obedeció rápidamente.

-¿Cómo van las cosas allá?¿Cómo está ...Yuuki?-preguntó intrigado.

-A sobre eso, oí que rompieron su compromiso con esa malcriada niña...-dijo algo desinteresadamente mientras bebía del tarro que le ofrecieron.

-No le digas así...-dijo susurrando, pero alcanzó llegar a los oídos del rubio, el cual arrugó el ceño un poco.

-Se casará esta tarde con un tal Rido no se que mas...ya que usted huyó no quisieron desperdiciar "el pastel"-dijo remarcando las comillas.

Kaname suspiró, se sentía aliviado al oir eso, pero al mismo tiempo culpable, se levantó de su asiento y se retiró dejando el lugar y salió afuera, debía asimilar la información, amaba a Zero, o esa es a la conclusión que llegó, pero a Yuuki le había tomado cariño en cuanto la conoció, era "dulce", según él, no le gustó para nada que se vaya a casar con ese tal...¿Rido?...ese nombre...lo había escuchado, le desagradaba ese nombre.

Pero por otro lado estaba feliz, sentía una inmensa alegría, y allí lo supo, en su mente vió nuevamente a Zero sonriendo, como amaba esa sonrisa pura, inocente, sin falsedad. Aunque no le gustara la idea de Yuuki casandose con un hombre cuya sola mensión le daba escalofríos y le hacía sentir repulsión, no podía negar que al mismo tiempo se sentía aliviado.

-Zero...-pronunció en un susurro como un típico enamorado, su corazón latió rápidamente, pero allí estaba otra vez su consciencia arruinando su ensoñación, él, el chico de cabellos plata y ojos cual amatistas que le robaba suspiros estaba muerto, no podía siquiera pensar en una tan simple solución para quitar esa frágil barrera que los dividía. A menos que... renunciara a su vida por ese niño... claro, poco le importaba entregársela.

EL NOVIO CADÁVERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora