No entiendo tu lógica

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-La sangre inocente tuvo su Justicia...- dijo una voz masculina.

A la entrada de la iglesia se hallaba la persona que jaló del gatillo acabando con la miserable vida de Rido, su rostro estaba sin expresión, no mostraba ni un ápice de arrepentimiento.

-Kaito...-dijo sorprendido Kaien al reconocer al muchacho. Todos estaban asombrados.

Kaito caminó hacia donde se hallaba el asesinado, al llegar lo observó con desprecio, y con su pie le dio vuelta la cabeza para ver su cara.

Se hincó y lo miró fijamente, sonriendo de medio lado.

-He cumplido mi venganza...-susurró.

-Kaito-dijo Kaien acercándose al castaño cenizo.-por que?-

-el acabo con la vida de un amigo muy preciado para mí... no iba a permitir que se saliera con la suya... ademas también  iba a hacer lo mismo con su hija-

Kaien sólo lo abrazo -...Ya todo terminó –dijo de manera paternal. Kaito sólo correspondió  al abrazo. Luego de unos segundos se separaron.

El mayordomo volteó a ver a Zero y le sonrió, eso causó celos por parte de Kaname.

-Lamento que tu boda resultara así-dijo apenado.

-Descuida, las cosas pasan por algo...Dicen que después de la tormenta viene la calma-dijo Zero sonriendo a lo que Kaito devolvió el gesto.

Zero tomó de la mano a Kaname y le miró de una manera cálida, y el castaño le devolvió el gesto, para acto seguido Besar su frente con delicadaza.

Fue en ese momento en que se  oyeron aleteos a la distancia.

Revoloteos marcados y suaves, era como una danza cautivadora, su sola presencia daba tranquilidad, en ese preciso momento, después que la violenta tormenta atacara, como señal de que ya todo acabó venía aquella agraciada mariposa de reflejos violáceos y tonos azules y plata. Los muertos y los vivos la observaron embelesados.

Tras aquella mariposa la siguieron otras mas pequeñas, aquellos insectos volaron directamente hacia Zero, el cual se encontraba tomado de la mano con Kaname, la mariposa revoloteó alrededor de ambos para luego aletear frente del peliplata.

Las demás mariposas comenzaron a agruparse y comenzaron a formar un pequeño destello platinado.

Todos estaban atónitos, aquellos insectos violáceos no eran lo que parecían.

Zero sintió como sus ojos se aguaron por la gran felicidad  que sentia

-No puede ser!-se escuchaban por la multitud –Hay dos...dos...-

Cuando los presentes vieron la preciosa sonrisa de Zero guardaron silencio.

-Ichiru...-susurró feliz, era tanta la felicidad de ese momento, saltó y derribó a la figura que se había formado, lo abrazó fuertemente, dejando salir sus lágrimas.

-Zero...-dijo Ichiru correspondiendo al abrazo.

-Te he extrañado-susurró entre sollozos el cadáver.

-Yo tambien...-contestó dulcemente el contrario. Estuvieron abrazados allí, bajo la curiosa mirada de todos.

Kaname no salía de su asombro, frente a él estaba un chico de cabellos plata largos hasta la altura de los hombros, sus hebras plateadas eran brillantes y se notaba la suavidad, tenía unos expresivos ojos amatista de tez blanca y su rostro...era el reflejo de su amado Zero.

-Zero, te he observado todos estos años, ví todo lo que viviste y también ví como ese hombre te arrebató la vida y te dejó tirado como si no valieras nada, quería estar contigo, quería que nos viéramos en persona...un deseo egoísta ¿verdad?-dijo de manera tierna. Zero sólo negó con la cabeza.

EL NOVIO CADÁVERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora