Rebekah

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-Oye dónde conseguiste esa caja de música? Y ahora que lo pienso por qué te volviste a aparecer de una forma repentina en mi vida.- Estoy toda hecha una furia en este momento.

-Y por qué tantas preguntas?.- inclina su cabeza a un costado genuinamente perplejo.

-No son "tantas" son sólo dos, y pocas son!.- Aprieto los dientes.

-Siéntate.- Hace un ademán, me quedo varios segundos mirándolo a los ojos con las brazos cruzados, pero luego le hago caso.

-Esa caja de música es mía.- Toma aire.

-Y por qué Richie tenía la misma?

-Fue un regalo de nuestro abuelo, antes de morir. El sabía que queríamos una de sus reliquias, y en realidad no sé por qué nos dió algo que es para mujeres.- Se queda pensativo.

-Sabes que tu abuelo estaba loquito de la cabeza.- Digo haciendo una mueca.

-Sí pero no lo digas de esa for...

-Pensaba que ustedes eran gay!.- Reprocho interrumpiendo.

-Cuando te lo dijo?

-Una vez me comento algo de ustedes, pensaba que eran gays.- Me encojo de hombros.

-Podemos cambiar el tema de gay.

-Para hablar de...?

-Nosotros.

-No, Bye, no estoy de humor hoy.

-Oye que te pasa? Aún piensas que no te amo?.- Me aferra del brazo mientras veo sus ojos empañados. - Me haz estado evitando todos estos días Rebekah, ya no lo soporto, por favor, piensa lo que quieres. Tampoco soy un juguete para que me tengas así esperando cuando divertirte conmigo.

-Cariño...- Me acerco a su rostro.- El amor no existe.