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«Desaparecer no sería una mala idea.»

El empezó a sentir algo por ella, pero ella no sentía lo mismo. Había intentado varias veces ya confesarle sus sentimientos, pero tenía miedo al rechazo.

Ella era una chica hermosa, con buen cuerpo, con un fuerte carácter y una personalidad de superior.

Algunas personas la odian por ser así, el la ama por ser así.

La veía pasar todos los días junto a él, pero jamás le dirije la palabra.

Eso lo hacía sentir aún más inútil.

El estaba sacando unos libros de su casillero, cuando empezó a caminar hacia su siguiente clase alguien le metió el pie haciendo que se cayera con todo y libros.

Los otros chicos aprovecharon eso para empezarlo a patear hasta casi matarlo.

Sus ojos estaban apunto de cerrarse, ya no podía soportarlo más, a lo lejos escuchó una voz femenina gritar, solo alcanzó ver una figura luchar para que a él lo dejarán en paz.

Cuando despertó tenía vendajes en casi todo el cuerpo, no lograba recordar lo que le pasó.

Frente a él estaba esa chica que tanto le gustaba, pero su mirada era diferente a la que muestra normalmente.
En ella había compasión y amabilidad.

-¿Estás bien?- le pregunto con preocupación.

El bajo la mirada y una lágrima rebelde cayó, ella pudo notar un vendaje alrededor de sus muñecas, supo de inmediato que era lo que cubrían.

Ella lo rodeo lentamente con sus brazos creando un cálido abrazo.

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