Amor prohibido (Sasuke y tu)

Capitulo 2

Todas las chicas de la clase se acercaba al bello azabache, que ahora era su profesor de historias. Mientras una chica ojos luna y joven rubia iba a donde era el asiento de su mejor amiga, mientra aquel joven de cabellos azabache se retiraba del salón.

-Ya vieron lo hermoso que es el profesor -dijo Ino mientras tomaba asiento.
-Si es guapo pero...No tanto como Uzumaki sensei -dijo la chica ojos luna, muy tímidamente.
-Jajaja, chicas creo que su consecto de belleza es erróneo y también creo que ese "bello profesor", como ustedes dicen es todo un arrogante, que cree que por ser bello puede conseguir todo -dijo la chica mientras sus amigas apuntaban a la espalda de ella, y la hacian señales que guardara silencio.
-Haci que arrogante, señorita Aoyama ¿Usted acostubra hablar muy seguido de las personas cuando no se encuentra presentes? Que le parece si depues de clases se dirige al salon de profesor, para que hablemos del castigo que recibira -dijo aquel azabache con una mira seria y amenazadora.
-Sí sensei, estaré hay después de clases.
- Ahí la espero señorita... Espero nuca más escucharla hablar mal de su sensei, cuando el no este presenté -dijo el jove de cabellos azabache.
-Si sensei, no se volverá a repetir.

Aquél profesor salio del aula dejando aqulla joven muy preocupada por el castigo, que podrías recibir.

Las horas pasaban, asta que llego el momento del almuerzo, al joven chica de larga cabellera se dirigía a un lugar apartado, que solo ella conocía, para comer su almuerzo. Al llegar al lugar se encontró con la sorpresa, que aquel azabache que la había regañado hace un rato, se encontraba disfrutando su almuerzo, donde la joven chica también acostumbrada disfrutar su almuerzo. Sin mas rodeos la javen tome se sentó bajó eso hermoso árboles de Sakura a dirfrutar su almuerzo.

Ninguno de los dos azabache hablan, solo se dedicaba unas mirada. El silencio que se formo entre los dos no era incomodo sino era reconfortante, pero aquel silencio fue interrumpido por unas palabras que salieron de la baca del bello profesor.

-Señoría Ayoma ¿Hacia que cree que soy arrogante? -pregunto aquel Uchiha.
-Etto, no solo dije eso por impulso - dijo la chica de cabellos azabache.
-Okay... y dígame ¿Qué le parecieron mis clases?
-A decir verdad sus clases me parecieron didácticas, aunque no logré entender en alguna parte de lo que vimos hoy en clases -dijo *____* mientras le dedicaba una calida sonrisa a su sensei.
-Así que didácticas, qué te parece señorita que tome unas clases particulares hoy conmigo...Ya que no logro entender todo lo visto en clases -dijo el Uchiha.
-Si, si se lo agradecería mucho, ya que mis padres me matarían si bajaran mis calificaciones -dijo la joven mientras se paraba y daba una reverencia en muestra de agradecimiento, por lo que habia dijo su sensei.
-No tienes que agradecer, de eso se trata mi trabajo... Te veo en el salón después de clase y no te preocupes por el castigo que te iba a dar, ya que lo canse pero no se lo digas a nadie -dijo el sensei.
-No se preocupe sensei, sera nuestro secreto.

Las horas pasaron llegó el momento donde, era la hora de salida. La chica de cabellos azabaches estuvo hablando un poco, con sus amigas para decirles que hoy no podría irse con ellas, ya que tenía que recibir el castigo que le daría el sensei. Pero ella sabía que no era un castigo ya que iban a estudiar juntos, las amigas de la chica la dejaron sola y le desearon suerte. La joven chica de cabellos azabaches se encontraba sola en aquel salón de clases, hasta que sintió como la puerta del salón se habría y vio a un hermoso joven de ojos negros y profundos, aquella joven aunque le costará admitirlo o aunque lo negara sabía que por dentro ella encontraba aquel joven de hermosa cabellera azabache bastante guapo.

Para el joven maestro las clases habían acabado y tenía que dirigirse al aula de clases, donde se encontraría con su alumna que era bastante guapa aunque él se negaba a tener esos pensamientos de su alumna ya que después de todo ella, solamente era eso su alumna. El profesor al entrar se percató de que su alumna encontraba sentada en el primer banco, de adelante, se veía hermosa, esos ojos claros, ese pelo negro y ese cuerpo bien formado hacía, la hacía resaltar entre todas las mujeres de ese instituto. Los pensamientos de aquél azabache, sobre lo hermosa que era aquella chica, fueron interrumpidos por la misma voz de aquella hermosa chica.

-Buenas tarde sensei ¿Qué haremos? -dijo la joven.
- Buena... Vamos a repasar todo lo visto en clases -respondío el sensei.
-Okay -respondió *____* con una radiante sorrisa.

Las horas iban pasando y aquel chico azabache se dedicó explicarle todo lo todo lo visto en clases, aquella hermosa chica. La chica no lograba poner atención ya que estaba maravillada con la belleza de aquel azabache, sus movimientos, su pelo, su perfume, todo de él le traía unos extraños recuerdos era como si lo hubiera conocido desde antes o lo hubiera visto. Él azabache estaba fascinado con la belleza de aquella chica ese pelo azabache Y esos ojos color cielo se les hacían tan familiar pero a la vez tan hermosos, por donde sea que lo viera su alumna era hermosa, su belleza podría ser envidiada por cualquier chica y codiciada por cualquier hombre.

Las clases habían terminado, y ya era bastante tarde, el tiempo a esos dos jóvenes que se encontraban en el salón se les había pasado volando ya que los dos habían admirando la belleza del otro.

-Y dígame señorita ¿Logro entender todo lo que vimos, en está clase? -Pregunto el Uchiha.
-Si, le agradezco mucho que haya gastado parte de su tiempo en explicarme los contenidos que no logro entender, en la clase que tuvimos hoy en la mañana -dijo la joven mientras ordenaba sus cosas para dirigirse a su casa.
-No hay problema y si tiene una duda no, dudé en preguntarme.
-Si sensei, gracias por su ayuda -dijo mientras caminada para irse del salon -Bye sensei que tenga buena noche.
-Gracias y tu igual que tengas buena noche -dijo el azabache.

Los dos se retiraron cada uno fue a su destino pero ninguno de los dos se podía sacar de la mente al otro, los dos jóvenes pensaban que se conocían desde hace tiempo pero ninguno de los dos entendía porque sentían eso, porque tenían ese sentimiento, porque aunque estuvieran tan cerca a la vez se sentían tan lejos, pero después de todo entre ellos dos no podría haber nada, ya que eran un profesor y una alumna. Pero ninguno de ellos es entendía porque se repetían en su mente que no podría haber nada si ellos apenas se conocían o eso era lo que creían.