Black Sirius iv

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La fiesta había sido unica, salvaje. Un montón de chicos de sexto curso festejando quién sabe que en un lugar donde era demasiado difícil que algún profesor pudiera conseguirlos; algo mal debía de ocurrir, era inevitable.

Se podía escuchar el bajo de la música rebotar contra las paredes, chicos y chicas bailando, bebiendo y divirtiéndose, todos decían que la fiesta era para celebrar el final de la época de examenes, pero solo era una excusa para tener un poco de libertad y diversión sin supervisión.

A lo lejos Anna pudo ver al que creyó que era Remus en una de las esquinas, este estaba besando a una chia alta y rubia, sus brazos estaban rodeando su cuello y él tenia uno de sus brazos rodeando su rodeando cintura.

Anna tocó su hombro con con incomodidad,repitiendo su nombre un par de veces, cuando ambos se separaron, la rubia la miró con fastidio, su cabellos estaba un poco despeinados y apenas había rastro del labial rojo que antes mostraban sus labios.

—Oh...¡hola, Annie!- saludo alegremente sin dejar de agarrar la cintura de la chica.

El olor de alcohol en su aliento golpeó su rostro.—Hola,Rem. ¿No has visto a Sirius?

—¡Sí!—grito.—Él estaba,estaba,estaba...¿donde estaba?

—En las mesas. Sirius estaba jugando algo en las mesas,ve si esta allí.— se apresuró a responder la rubia de vestido verde,Ann le agradeció y se fue de allí al instante.

Los largos y negros rizos de Anna se pegaban a su nuca debido al sudor y sus altos tacones marchaban por el piso cubierto de la bebida que los distraídos bailarines habían dejado caer. Sus ojos estaban fijo en la dirección, apartaba a todo el mundo y realmente no le interesaba si empujaba a alguien o lo hacía caer, lo hacía por un bien mayor después de todo: el suyo. Una horrible sensación se había apoderado de la boca de su estómago, anunciandole que algo malo sucedería y como sus instintos le habían salvado el pellejo más de una vez decidió seguirlo.

—Maldición, no.— susurro, sintiendo el amargo sabor de tener la razón.

Si,la chica rubia tenía razón, Sirius si estaba jugando en las mesas con una chica castaña de Gryffindor; sus manos recorrían la cintura de esta y todo su cuerpo posicionado entre las piernas de ella,ambos se movían dentro de un beso hambriento. Anna sintió su sangre hervir,camino hacia la hermosa pareja con una expresión en blanco,se sentía tan traicionada como para mostrar su furia.

—¿¡Qué demonios pasa contigo!?— preguntó parándose en frente delos dos. 

—Annie...— murmuró Sirius al ver a Ann en frente de él,separándose de Chloë,o así creía que era su nombre.

—¿Quién es esta,cariño?— pregunto la extraña con voz melosa.

Anna rodó los ojos.—¿Debería de preguntar lo mismo,no crees?

Chloë se apartó de Sirius,echando su cabello hacia atrás y mirando a Anna con indiferencia.—¿Sabes?,creo que ya sé lo que sucede.— comenzó.— Es más que obvio que Sirius se canso de una víbora como tú,después de todo eres poca cosa,¿vienes de Slytherin después de todo,no? Él quería a alguien de su altura,una chica de su propia casa,como yo.

—Oh vaya.— se rió Anna.— ¿Ahora empezáremos a denigrar a las casas de los demás? Qué bueno saber que no me voy a rebajar a tu nivel, no pienso hablar de cómo son los Gryffindor o los de Ravenclaw,¡incluso los de Hufflepuff! , si es que también quieres añadirlos a tus estupideces.— le dijo Anna avanzando un paso.— Pero tienes razón,si quería a alguien de su tan bajo nivel y me alegra que lo haya encontrado.

Con eso Anna se alejó,cruzando sus brazos sobre su pecho y yendo a la salida sin mirar atrás. 

—Annie...— escucho como Sirius la llamaba a lo lejos, no le importó devolverse a su encuentro,tampoco es que le hiciera falta,Sirius ya estaba al frente de ella.

—¿Que?

—Annie,princesa...yo lo siento,Chloë no significó nada,lo juro.— Sirius le suplicó tomando sus manos.

Anna las apartó al instante.— Sirius,yo no soy más tu princesa,no desde que hiciste aquello. Además no te creo,no puedo hacerlo.— Anna se alejó de él.— Este es el final,terminamos.

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